Asombrada después de tantos años descubro que he criado,

“hijos constructores”

Han edificado murallas indestructibles.

Los cimientos son los sentimientos que cada uno siente por el otro.

Ese cariño que sembré que con la convivencia fue creciendo.

Los ladrillos fueron hechos del respeto, el valor que los unía ante el mundo.

Hoy separados por su necedad se encuentran aislados.

Cada uno en su miserable torre de indiscutibles razones verdaderas.

Veo tres barriletes indefensos a los vientos que soplan.

Con negligencia fueron paso a paso destruyendo lo que construí con dedicación.

La soberbia no los deja ver que ahora han quedado vulnerables.

“Juntos eran intocables”

Hoy son desvalidos veleros en su realidad por,

¡Las corrientes que los alejan cada vez más!

CAL.COR