Sacado de un tintero III

Epa… ¿Volviste? Después de un par de años, sonaría trivial pero sucede que el tintero está de vacaciones por las fiestas y me atreví a escribir estas líneas:

Pues entonces me encontré frente a la hoja en blanco, otra vez, limpia, cual manto de nieve que oculta una gran montaña; que se congela cada vez que el invierno anida en estos pensamientos. Sabías que había una historia que quería nacer, pequeña, con minúsculas hojas verdes, se notaban gruesas y fuertes pero no sabía si resistiría las ventiscas de mis emociones o se desprendería de mis realidades. Con fortuna logre anudar una idea en torno suyo para abrigarla y mimarla. Mientras que con el teclado, poderoso aliado y compañero, tal vez hice un sendero para conducirla por entre mi desganada genialidad y las repentinas melodías que la calle suele arrojar a mis oídos a ese lugar en donde se desatan las historias tan llenas de vida. En verdad, ese era mi anhelo.

Ha pasado tanto tiempo y temo que la pequeña haya perdido lozanía. A la mar que varias ideas fenecieron durante la escasez de emociones y fui incapaz de abrazarla. La magia se disolvió como el polvo sobre muebles viejos. Algunas noches creo que rescatarla es inútil; tal vez me odie porque no la traje a este mundo o de repente mantenga la esperanza que volveré a vestirla con los colores del sol y las estrellas. Se me hace raro hablarle estando dentro mío a miles de kilómetros de distancia, donde ningún móvil tiene cobertura. Lo único que sé: por algún extraño motivo no creció o no la deje ser.

De hecho se te figuraran varías interpretaciones pero tienes alguna idea para su rescate o funeral, ya sé, eso solo me incumbe a mí. No estoy muy segura que volverás, espero que la pequeña persista porque ninguna historia merece desaparecer.