No te habías dado cuenta aún pero existía, recorría tus pespuntes de perlas blancas, acariciaba tu vientre cálido, jugaba a dibujarte formas tibias e hinchadas.
Te imaginaba a mi manera mientras crecía de a poco, por instantes.

Supíste de mí una tarde, tu mano comenzó a acariciarme, todo vibraba para mí cual si flotara, me sentía seguro, cuidado.
Días, meses , semanas, sabía que no me veías pero me respondías cuando con movimientos te enviaba señales, registrabas esos instantes antes de llegar.

y el momento llegó...

Como si todo flotara sobre una hilera de bosques sin rumores, se fue abriendo silenciosa una llanura inmensa, infinitamente blanca, al final, uno se aferra a otra mano, llorando, gimiendo, gritando...
y entre sombras, suave, seguro, confiado, busco la tibia leche de madre.

Preparé todo para el instante.

Elegí un espacio, descorrí temprano el suave velo de una ventana, y un rayo de sol entibió cada centímetro del lugar.
Dibujé nubes, ositos, conejos, árboles y pájaros, pintados de azul, lila, rojo, amarillo, cadmio para cubrir el cuenco de tu mundo con paisajes.
Para que lentamente descubras, las realidades del sueño, las irrealidades del alma.

y poco a poco me fuí perdiendo.

Pasó el tiempo...
Corrieron los años...

Hoy mis ojos abiertos e imprecisos no te reconocen.
Aunque no sepa quien sos, estaré.

Te encontraré cuando peines el aire con tu aroma de niño.

Estaré de amanecer a poniente.....

....en la casa, tus hermanos, las fotografías, los espejos, el murmullo de las hojas , las flores, las nubes blancas, el arrullo de una brisa, calesitas, hamacas, cada letra del abecedario.

Te contaré historias en el brillo de cada estrella, cantaré tu canción con el trinar de los pájaros, acariciaré tu rostro en las olas del mar y dibujaré un arcoiris en la pizarra del cielo.

Poco a poco me fuí perdiendo...

Abrazame y sonríe.

No me pidas que recuerde, solo recuerda que estaré.


(*) El alzheimer borra la memoria, no los sentimientos. (dedicado a alguien muy especial.)