- ¿Qué sabrá usted de riquezas? ¡Si es tan solo un pobre!
- ¿Yo soy pobre? ¿En qué sentido?
- En el sentido en que lo es. Un pobre. Un vulgar vago.
- ¿Pobre como su lenguaje? ¿Vulgar como sus falacias? ¿Vago como sus conceptos?
¿Pobre en qué sentido? ¿Vago en qué acepción? ¿Y por qué además vulgar?
- ¡Pobre de dinero! ¡Vago de atorrante! Y vulgar como su calzado.
- Es que a mi sobra el tiempo como estoy sin trabajar... ¡Pero si es dinero el tiempo! ¿Para qué ir a trabajar? y si entonces no trabajo ¿Para qué andar de zapatos?
- ¡Por favor! Que su tiempo no vale nada y me lo hace perder a mí. ¡Tras que tengo poco y se hace tarde!
- ¡Ah! Pero el mío es infinito y solo yo lo controlo. ¿Quién es más pobre entonces?
- Por supuesto que yo no.
- ¡Pero si yo tengo mi tiempo! ¡El que jamás podrá comprar!
- ¿Qué es el tiempo sin dinero?
- Pues mucho más que el dinero sin tiempo.