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Largo Lebón III – Tras la pista de Betty Siliconas

Betty Silicona ronda por la zona D
guía el eco de sus pasos
Boris de la KGB
ella es todo sensorama
pero viste un microfilm
de un descuido en otra cama
del otro lado del Rin

Betty nació para el amor
para nada convencional
Betty nació para el amor
para el amor final
(Betty Silicona – Riff – Fragmento)

A la memoria del Carpo, un poeta distinto que hacía rimas con los acordes de su guitarra

I

El Sr K y yop tenemos algunos puntos en común: edades parecidas, el culto al Dios Charly y sobre todo, ambos somos hijos de tigres. Tal vez justamente por eso no nos tragamos, o sea la vieja historia de las cargas de igual signo que se repelen, como descubrió un tal Coulomb hace una punta de años.
Sip, no hay demasiado cariño entre nosotros, pero aprendimos a lidiar con ello. Yop por necesidad, pues el Sr K es mi jefe. El porque sabe que soy la mejor opción disponible, en especial en esto tiempos de recortes. No es soberbia, compadre, sino realidad lisa y llana. O cuantos espías tienen por padres a dos capo-maffia? Cuántos tuvieron como chupete una bala calibre 45? O un perfectamente equilibrado cuchillo de lanzamiento como sonajero? O pistolas, rifles y fusiles para armar a modo de rompecabezas? Sería falsamente modesto si niego que soy un ejemplar único como Einstein, Salvador Dalí o el Gran Román.
El Sr K terminó de leer mi informe acerca de la última misión en la cual pude recuperar los planos sustraídos que detallan el modo exacto y preciso de hacerle el agujero al mate.

- Felicitaciones Lebón, otra misión exitosa –
- Simple rutina, Sr K –
- No se haga el modesto Lebón, que no le queda –
- Costó un recontrahuevo, pero por mero azar salí airoso. Le queda así mejor? –
El Sr K suspiró un instante y claramente leí en su rostro la intención de abalanzarse sobre mi cuello. Se sobrepuso ciertamente, no se llega a su posición sin una disciplina de hierro.
- Tal vez haya encontrado la horma de su zapato, Lebón –
- Es posible – le respondí con el tono monocorde de quien se siente forzado a escuchar boludeces, sin poder hacer algo para impedirlo.

Fue entonces cuando el Sr K, sonriendo diabólicamente, arrojó su carta escondida sobre la mesa.

-Betty Siliconas –

El nombre tuvo en mí el efecto de una descarga eléctrica. Claramente sentí acelerarse los latidos de mi corazón, inequívoco signo de la generación de adrenalina. Betty Siliconas era lo más parecido a una leyenda viva. Diabólicamente astuta y sexy hasta el infinito, era la ladrona más hábil sobre la faz de la tierra. Sinceramente no conozco un gobernante del mundo que no pagase de buen grado su peso en oro por la oportunidad de echarle el guante. Su lista de fechorías era más abultada que la deuda externa.

- Fue vista aquí? –
- Actuó aquí, aunque desafortunadamente no fue vista –
- Ahh. Y que se robó ahora?
- El secreto de la fabricación del dulce de leche-

Vea amigo, por un instante vi todo rojo y mi mente jugó con la idea de retorcerle el delicado pescuezo a la bellísima ladrona, tanto sea una dama como si no. Estaba furioso, el dulce de leche es tan argentino como el mate, las boleadoreas, el juego de truco y la corrupción estatal. No hay derecho, carajo.

-Pagará por ello – dije con un timbre de voz tan aberrante, que me costó reconocerlo como mío.
- Así lo espero – dijo el Sr K, a modo de despedida
- O algún culo sangrará, y no será el mío - agregó

II

Mis certeras pesquisas me llevaron a un moderno antro de perdición, fiel reflejo de la decadencia de la sociedad postmoderna. El aire estaba tan cargado de humo que era prácticamente irrespirable, el rock and roll que escapaba de los parlantes te perforaba las orejas, las psicodélicas luces filtraban los sentidos hacia un calidoscopio de vértigo interminable y beldades con el torso descubierto te servían bombas atómicas bajo la forma de tragos. En el centro de la pista una hermosa mujer se refregaba contra un caño de acero de una forma tan sensual que habría que estar bien muerto para no sentir hirviendo la sangre y aún en ese caso permítanme dudarlo.
Era un espectáculo atroz, era la decadencia absoluta….¡¡¡ Era el Paraíso !!!

Pedí un whisky en las rocas y me senté a disfrutarlo, estando ojo avizor por si veía a la sensual Betty, en cuyo caso toda indolencia desaparecería como por arte de magia dando lugar a la implacable máquina infernal que me precio de ser. Y en eso cavilaba cuando la belleza del caño se acercó hacia mí ofreciéndome un baile privado. Un microsegundo lo pensé y juzgué luego que como cobertura sería perfecta. Que la niña estuviera como un tren con acoplado no influyó para nada. Ciertamente, nop.

Cuando comenzó a menearse, supe que no había sido una buena idea. El que se conoce a sí mismo sabe que lleva dentro un animal, una bestia primitiva regida por las necesidades básicas, que a duras penas reprimimos en aras de la imagen social que se espera de nosotros y sobre todo para conseguir citas, ya que las chicas modernas no se enganchan con dinosaurios. Y puedo asegurarte compadre: más fácil hubiese sido ganar el Premio Nobel de Física que contener aquella noche a la bestia.

Ajena a ello, la niña proseguía con su danza y al percatarme de que la misma debía de andar mal de finanzas, porque tenía muy poca ropa ropita y demasiado ajustada, le puse un billete en su cintura de diosa. Que después fueron dos, que después fueron tres, que después fueron….en fin, varios. Al terminar su danza, la ninfa se despidió con un beso cuyo sabor me habrá de perseguir hasta el final de mis días y desapareció tras un discreto cortinado. Pese a tamaña distracción, una parte de mí siempre estuvo pendiente del entorno que me circundaba y ni rastro de Siliconas había en el mismo. Era la primera vez que mi informante me fallaba y mentalmente agendé hacerle una visita. En eso pensaba cuando todo se oscureció de repente.
Alcé la vista y tres gigantescos roperos me devolvieron la mirada:

- Tenés que pagar el baile –
- Qué? –
- Tenés problemas auditivos, renacuajo? –
- No que yo sepa –
- Entonces no te hagás el boludo y pagá el baile –
- ¡¡¡ Pero si le di a la chica hasta mi último billete !!! –
- Esas son las propinas renacuajo, al baile lo cobra la casa -
- Entonces amigos míos, estamos en un problema –
- Vos estás en un gran, gran problema, renacuajo. Para nosotros solo se trata de un poco de ejercicio –
- Ya, ya, amigos, no nos precipitemos. Puedo extenderles un cheque y listo –
- Un cheque?
- Ahora quién tiene problemas auditivos?
- Vos nos estás tomando el pelo, renacuajo?
- Ciertamente nop, muchacho. Soy un tipo solvente. Tengo sólidas referencias bancarias –
- Bueno, siendo una persona solvente un cheque no es problema, vení con nosotros donde haya más luz, así lo llenás sin confundirte.
- Con mucho gusto amigos, que bueno hacer tratos con caballeros –
- Sip claro, renacuajo….todos somos caballeros aquí.

III

Sinceramente no fue una golpiza, fue una masacre. Desprevenido como estaba, no vi llegar el cross de derecha y después de eso todo fue cuesta abajo. Finalmente me arrojaron a un callejón maloliente. La cabeza me retumbaba como un campanario y hasta el último hueso de mi cuerpo largo se quejaba putiando hasta en japonés. Alcancé a oír que alguien decía:
- La casa acepta con todo gusto su cheque, señor. Ha sido un placer hacer tratos con un caballero –
Y fue lo último que alcancé a escuchar.
Tiempo después (solo Dios y Don Sata saben cuánto) una diáfana y delicada voz me rescató de las brumas.
- Te sentís bien, Larguito? –
Con extrema dificultad abrí los ojos. Lo primero que vi son unos Gucci genuinos con tacón de aguja, en unas medias oscuras de lycra enfundados que delineaban unas delicadas pantorrillas. Subiendo la vista el panorama era aún más alucinante. Supe en una revelación entonces, que los antiguos Griegos estaban en lo cierto y todos los demás equivocados.
- Sos Afrodita y has venido a llevarme? –
- Eso es lo que me gusta de vos Larguito, aún estando medio muerto sos galante –
- Entonces no sos Afrodita?-
- Nop –
- Artemisa? –
- Nop
- Juno o Diana?-
- Tampoco –
- Me doy –
- Probá con la S, Larguito –
Con S….una diosa del bien con S…..Una diosa del Mal con S…..Una diosa terrenal con S….terrenal….con S………………
- ¡ Siliconas! –
- ¡ Premio para Larguito ! –
- ¿Qué hacés en este callejón maloliente? –
- Te seguía, Larguito –
- Viste la pelea, entonces?
- Si se puede llamar pelea, ellos parecían boxeadores y vos la bolsa –
- ¿Y no interviniste? –
- ¿ Me ves cara de estúpida como para interponerme entre esos mastodontes y su presa? –
- Supongo que tenés razón. Y por qué me seguías? –
- No quería que te pase nada, Larguito, pero llegué demasiado tarde. Fuiste tan galante conmigo!!!
- ¿ Yo galante? ¿Con vos? ¿Cuándo? –
- Cuando hice para vos el baile privado –
- ¿Eras vos? Pero si te tuve delante de mí y no logre reconocerte!!! –
- Me dicen la reina de los disfraces Larguito, no es un título caprichoso o vacío –
- Pero ella tenía menos….mucho menos…. –
- ¿Qué cosa? –
- ¡ Ya sabés de lo que hablo ! –
- Me imagino….Y por qué piensas que te voy a revelar mis secretos? –
- Cortesía profesional, supongo –
- Sí claro –
- Está bien, está bien ¿Me ayudas a ponerme de pie? –
- ¿Cortesía profesional de nuevo?
- Por así decirlo –
- Ta bien –


No sé cual tortura era más grande, si ponerme de pie cuando cada huesito de mi largo cuerpo clamaba por un descanso sin excluir el eterno o el exótico perfume de una piel suave como la seda, que sabía yo inalcanzable, pero si un mosquito se alimentara de la diferencia, de inanición se moriría el pobre.
Con infinito pesar, hube de soltarla.

- Se te ve mejor, Larguito –
- Lo estoy Siliconas, gracias –

Y con un rápido ademán, al tiempo que diabólicamente sonreía, extraje mi Remington Steel 550, de 18 núcleos con 32 Gb DE RAM y 8 Gb de Caché con memoria interna de video.
La mira Laser dibujó un punto luminoso en la adorable frente.

- Decepcionante, Largo Lebón (aunque me esforcé por negarlo, la ausencia del Larguito me dolió más que un gancho a la mandíbula) Así me agradeces el haberte ayudado?
- Como fuiste también la causa del ataque, supongo que estamos en paz –
- No es así, no te bastó romperme el corazón y ahora lo estás pisoteando -
- Vos no tenés corazón, Siliconas –
- ¿Quién sabe? Podría sorprenderte un día, si me dejaras –
- Todo lo que quiero de vos Siliconas, es que levantes las manos –
- Te lo pierdes, Lebón. Espero que vivas para lamentar este día –
- Tarde llegaste Siliconas, ya lo estoy lamentando. Donde escondiste la fórmula secreta del dulce de leche? –
- ¿Y qué me das si te lo digo? -
- Podés seguir respirando –
- Que bruto!!! No me extraña que no tengas citas –
- Somos profesionales Siliconas, bien lo sabes. No me hagas repetirlo: ¿¿¿¡¡¡¡Dónde – escondiste - la – putísima - fórmula!!!???
- Dentro del sujetador la llevo –
- ¿Qué? –
- Necesitas que te haga un mapa? –
- No es necesario, dámela –
- No puedo –
- Por qué no? -
- Porque tengo los brazos levantados –

Cierto. Y ni pensaba permitirle que los baje. Conociéndola a Siliconas era capaz de sacar un cañón antiaéreo del sitio más inverosímil. No gracias. Esto solo dejaba una opción disponible.
La verdad es que podía estar en cualquier lado, había tanto espacio allí dentro. Claro que también estaba taaaan lindooooo. Tan calentitoooooo. Tan suaveeee. Tannnnnn,,,,,

- ¡¡¡ Auxilio, socorro!!!! –
- ¿¿¿Qué, alguien está en peligro ??? –
- Un abusador !!! Un sátiro!!!! –
- ¿¿¿Donde??? –

Un instante tardó mi mete en procesar a quién se refería. Rápidamente, quité mis manos entonces de las colinas del Cielo.
Pero ya era demasiado tarde.

Bella Sra, Usted que lee estas líneas, seguramente habrá oído más de una vez que ya no existen los caballeros. Y si fantasea con un Lancelot del Lago montado en su albo corcel que arriesgando su vida lucha con un horrible dragón para rescatarla de su prisión en una torre, le ruego que no desespere. Yo le aseguro, los caballeros todavía existen. No son demasiados, pero existen.
Lo malo es que son la mar de entrometidos y empeora cuando se dan cita todos juntos en un maloliente callejón.
Para hacerla corta, eran como dos docenas de tipos que me molieron a palos.

IV

Dos semanas después me había lamido prolijamente las heridas, soportado estoicamente el sarcasmo del Sr K (“No se preocupe ya por hallar nuestra fórmula secreta Lebón, puede Usted googlearla, hasta en el último rincón del globo la conocen”) Y sip, lo bueno de Siliconas es que no tiene favoritos, si pudo vender la fórmula secreta una vez no hay motivo para no hacerlo otras quiticientas.
Era mi primer fracaso y el Sr K lo superaría, los planes de ajuste del Fondo no le dejaban muchas opciones de personal y mi foja de servicios era casi impecable. Y ese casi me escocía más de lo que estaba dispuesto a admitir. Lógicamente al principio fantasée con planes de venganza. Me moría de ganas por tener un segundo round con los roperos del club y sé que mi padre me habría ayudado, a pesar de lo poco que nos dirigimos la palabra. Todavía no me perdona el haber desechado la tradición familiar de investigación privada, en aras de la innoble profesión de agente no - tan – secreto, que es un eufemismo para decir espía, pero la sangre llama a la sangre y me hubiese ayudado. Madre también, pero sería como invocar un tsunami. A mami le pondría furiosa que hayan golpeado a su pequeñito y como una genuina Capo-Maffia sería la mar de generosa a la hora de retribuir atenciones. Los zapatos de cemento volverían a ser el último grito de la moda y los peces del lago engordarían cuan elefantes. Mejor no pensar en eso, la sola idea me trajo pesadillas.

Con el transcurso del tiempo hube de enfocar mi ira en la verdadera culpable. Una diosa bellísima, amoral y cruel, con unos senos gigantes. Betty Siliconas. Ella no lo sabía aún, pero disfrutaba de sus últimos días en este valle de lágrimas. Hube de pedir licencia en el laburo y lógicamente el Sr K leyó entre líneas mi intención secundaria.

- Dejála en paz a la chica Lebón, nos ganó bien, con armas lícitas –
- ¿Armas lícitas? ¡¡¡ Esa mentirosa descarada !!! –
- ¿ Y qué sos vos, un monaguillo? ¿O todavía no entendés que en este juego todo vale? –
- Bueno…. –
- Dejáte de joder, Lebón. Tomáte las vacaciones, que hasta yo que no te trago reconozco que son merecidas. Pasala bien y dejá de rumiar venganza por haber sido vencido por una mina –
- Ese no es el punto Sr K –
- ¿En serio? ¿ Y cuál es, entonces? –
Esta pregunta me seguía dando vueltas por la mente, tiempo después. ¿Era así? ¿Eran celos de machista retrógrado? ¿ O era algo más que me negaba a reconocer incluso en mi fuero interno?

En fin, había una persona en el mundo que tenía la respuesta y en pos de ella iba.
La temporada de caza de Siliconas, se declara abierta.

V

Basta conocer Egipto para entender por qué razón los hebreos se las picaron de allí. Durante el día respirás fuego y el hecho de respirar es un lujo que no siempre te podes permitir, porque cuando azotan las tormentas la arena te sepulta vivo, te flagela, te asfixia y si tenés la suerte de sobrevivir a eso, vomitás hasta el desayuno de la semana anterior. Durante la noche el frío es tan intenso que el choque térmico despedaza las rocas. Durante el día la sed se convierte en tu compañera, tu mujer, tu amante. Durante la noche, venderías tu alma por un trago de licor.

Sip, un verdadero paraíso y allí estaba yo siguiendo la pista de una escurridiza ladrona que, si mis informantes estaban en lo cierto, se aprestaba a robarse las joyas de Tutankamón.
¡¡¡ Ahh, que venganza espectacular sería !!! Las autoridades egipcias, que no son nada comprensivas con quien pretende robar sus tesoros, dispondrían del merecido castigo y yo sería un héroe internacional. El solo imaginarme la cara del Sr K cuando le informen que, gracias a un servidor, se abría una nueva y fructífera etapa de cooperación bilateral entre Egipto y Argentina, me hacía sacar fuerzas de flaqueza para seguir adelante.

Al avizorar la pirámide despedí a mi guía, con un poco de suerte no habría de necesitarlo y de paso me ahorraba las horas extras.

Yo había llevado mi juego de ganzúas y hasta explosivos como última instancia, pero nada de esto fue necesario ya que la puerta de entrada estaba de par en par abierta, inequívoca señal de que Siliconas se me había adelantado. Mejor así, tendría el placer de pescarla con las manos en la masa. Subrepticiamente, sin hacer más ruido que el del vuelo de una mosca, me deslicé por los pasillos. La oscuridad era absoluta así que tuve que poner en juego todos mis sentidos para orientarme. Mi perspicacia se vio compensada por una luz que visualicé a lo lejos. Suavemente, con infinito cuidado me acerqué a la misma.

- Tarde como siempre Lebón, ya tengo las joyas –
Realmente me sorprendió compadre, pero soy muy bueno improvisando.
- No tan tarde Siliconas, de hecho te estoy apuntando. Como supiste que era yo? –
- No hay otro que haga tanto ruido como una mandada de elefantes –
- No te creo Siliconas, mi segundo nombre es sigilo –
- Y bueh, si así sos feliz ¿quién soy yo para contrariarte? –
- Mejor así Siliconas, ¿vas a levantar las manos? –
- Tal vez más tarde Larguito, se me permite decir algo? –
- Si sos breve –
- Ciertamente, es una sola palabra –
- Dale nomás, entonces –
- ¡¡¡¡ Rajhotep !!! –

En fin, obviamente era una trampa. Lo supe cuando tembló el suelo derribándome en una postura tan indigna como poco elegante. Debí haberle disparado cuando tuve la oportunidad, pero la verdad es que matar una cosita tan linda era impensable. No lo podía hacer en tal momento y tal vez nunca podría.
Pero bueno, a lo hecho pecho, me dije a mí mismo cuando una cosa maloliente envuelta en trapos que conocieron mejores tiempos en otra vida, se acercó hacia nosotros rengueando.

- ¿Si ama? –
- ¿ Vos me querés a mi? –
- Sí ama, yo adoro hasta el suelo en el que pisa –
- ¡!! Ay que tierno Rajhotep, vos sí que sos un caballero, no como otra persona que no voy a mencionar pero que está muy cerca !!! –
- Yo soy el caballero blanco de mi ama –
- ¿Y qué harías Rajhotep si alguien intentara hacerme daño? –
- Lo haría picadillo, ama. Y con los restos daría de comer a los buitres, que siempre están con hambre –
- ¿A Paul Singer? – pregunté
- A los buitres del desierto, boludo –
- Ahhh!!! –
- Éste hombre quiere hacerme daño, Rajhotep –

Entonces y solo entonces, el monstruo maloliente fijó en mí sus ojos que destellaban como brasas encendidas.
En aras de la simplicidad, su discurso fue muy breve:

- Estás muerto, chabón – es todo lo que dijo.

Sip, fue tan breve como el instante que me llevó esfumarme de aquel lugar.
Fue la experiencia más horrorosa de mi vida. Centenares de veces creí haber despistado a mi tenaz perseguidor, para después oír los pasos arrastrándose sin prisa pero decididamente hacia mí. Era ciertamente admirable, pero me hubiese encantado que el objetivo de tanta diligencia no fuese yo. Busqué un recoveco para examinar mis armas, aunque sin grandes expectativas ¿como podría matarse lo que ya estaba muerto? Fue entonces cuando me acordé del arma secreta, mi última esperanza.
Vea amigo, los parlantes genius valen lo que se paga. Son chiquititos pero de una potencia más que respetable. Son inalámbricos y se pueden activar por bluetooh cuando le plazca. Cuidadosamente dispuse de ellos y había terminado de posicionarlos cuando vi aparecer al monstruo, arrastrando los pies según su costumbre. No había tiempo para pruebas así que los activé en el acto.

Más que ver percibí su temblor, cuando los parlantes reprodujeron la melodía característica.
Y cuando se oyó la voz de la Diva de los almuerzos, el monstruo voló en pedazos.

No tuve tiempo en congraciarme por la victoria y arrastrándome a duras penas, abandoné la pirámide. Había desaparecido el jeerp con agua y las provisiones….. la cuenta de Siliconas seguía creciendo.

Ignoro cuanto tiempo caminé bajo el sol impiadoso del desierto, chapoteando en ese mar de arena infinita, solo sé que a punto estaba de darme por vencido, cuando los exploradores de una tribu del desierto me encontraron. Como pensaron que estaba loco, pues solamente alguien así se aventura en el desierto sin agua ni provisiones y para esa gente los locos son sagrados, me trataron como a uno de los suyos. Varios días deliré por la fiebre hasta que por fin remitió la misma. Estaba débil como un bebé pero vivo y en los vaivenes del caprichoso Destino pensaba cuando vi aparecer, envuelta en un diáfano tejido de seda, a una sensual figura ya muy conocida. Podría llevar todos los velos que quisiese pero esas curvas de vértigo eran inconfundibles y su delantera, algo así como un sello personal. Había perdido todas las armas (o me las requisaron mis nuevos amigos, nunca lo supe) pero la 22 que tenía escondida en la canilla estaba intacta y cargada. No es un arma que me guste usar, ni siquiera con mis enemigos, porque son pocas las veces en que el proyectil atraviesa el cuerpo y sale. Generalmente se queda retenido haciendo todo el daño posible.

Huelga decir que, en ese entonces, esto me importaba poco y nada.
Cuidadosamente apunté y hasta llegué a acariciar el gatillo. Fue entonces cuando alguien gritó:

- ¡¡¡¡ El loco va a matar a la mujer del Jefe !!!! –
Acto seguido, tanto si estaba loco como si no, desarmándome previamente me molieron a palos.

VI

Diamantes y mujer tienen una relación intrínseca, algo asi como una simbiosis. Los diamantes quedan reducidos a piedras que brillan, sin una mujer para lucirlos y no hay mujer en el vasto planeta que sea inmune a los diamantes. Todo eso es lógico y entendible. Lo malo es tener que viajar al mismísimo corazón de la selva para conseguir diamantes.

Hasta allí conducían mis pesquisas y para variar las cosas fueron de mal en peor, desde el mismo instante en que pisé aquella tierra.

- No temer bwana, la selva ser la mar de tranquila – me dijo el guía del safari
- Pero eso no es lo que dicen los documentales. Ellos hablan de leones, tigres, serpientes, cocodrilos. ¿No deberíamos llevar más armas? –
- Las lanzas ser suficientemente disuasivas, bwana. Nosotros confundirnos con la selva misma, ella no dañar a los suyos. Leones y tigres haber, por cierto, pero abundar los ciervos y jabalíes para saciar su hambre. Usted ser solo piel y huesos, bwana, ningún león con pretensiones lo atacaría-

Teniendo en cuenta que el guía del safari descansaba en la barriga de un león con escasas pretensiones, al parecer el hombre se equivocaba. Desde que fuimos atacados emprendimos una veloz carrera buscando el auxilio de un poblado. Poco a poco, vi desaparecer a todos mis compañeros hasta quedar solo con mi fusil y seis escasas balas. Por lo menos las bestias ya no atacaban abiertamente, también ellas habían aprendido algo. En esa desesperada carrera por salvar la vida, prácticamente me topé con el poblado.

Con mis ultimas fuerzas corrí hacia el mismo pero cuando estaba a punto de alcanzarlo tropecé con una raíz y me desplomé como un costal de patatas. Alcancé a oír que decían:

- Diosa Siliconas sabrá que hacer con bwana –

Se hizo la oscuridad luego y ciertamente, le di la bienvenida.

Lo primero que vi al despertar fue unos ojos preciosos. Y sip, eran preciosos aunque rebozaban malicia.
Betty Siliconas tenía menos ropa aún que cuando la conocí meneándose en la barra, pero eso era lógico dado el calor que hacía. Lo nuevo eran los diamantes en su garganta, brazos y tobillos. Era una verdadera y sexy fortuna, por decirlo en pocas palabras.
Dos forzudos morochos me inmovilizaban los brazos al tiempo que un tercero me abría de prepo la boca para examinarme los dientes. Siliconas me miraba con el mismo gesto de alguien que desea comprar un pura sangre y se pregunta por enésima vez si no lo están estafando.
Al fin, suspirando dijo:

- Será apropiado para hacedor de dioses. Prepárenlo para que compita -

En ese entonces no entendía un carajo pero con el transcurso del tiempo, el misterio se fue develando. Cuando Siliconas descendió en helicóptero, los nativos pensaron que desde los cielos les era enviada una diosa. Eso es comprensible, yo mismo la confundí con Afrodita en una ocasión. Y al principio todo iba a pedir de boca para la sexy ladrona, los nativos le obsequiaron sus más exquisitos manjares y llenaron sus bolsos de “piedras que brillan”, cuyo valor los tenía sin cuidado pues abundaban en derredor. Pero luego los morochitos se volvieron codiciosos. Cierto, disponían ya de una diosa para bendecir el poblado, pero más bienaventurados serían con muchos dioses que por ellos velaran. El hechicero de la tribu consultó los cielos y las entrañas de las aves (una costumbre repulsiva, dicho aunque sea de paso) y dictaminó el día preciso en que los planetas se alinearían de manera tal que, del fértil vientre de la diosa nacerían pequeños y bienhechores dioses, que colmarían de felicidad a la tribu hasta el fin de los tiempos.

Huelga decir que la noticia no le hizo una pizca de gracia a la bella ladrona, pues se había metido en su propia trampa.

En fin, faltaba el hecho de seleccionar a la contraparte masculina y para ello se convocó a un exigente torneo de lucha a muerte donde se anotaron cientos de morochos con la ilusión de compartir las sábanas de la bellísima diosa, tanto si la fertilizaban como si no. Cientos de morochos que se redujeron a cero cuando corrió la voz de que participaba Ubuntu – el – implacable.

De mas de dos metros de altura, tan feo como los planes de ajuste del Fondo y bastante más arriba de los cien kilos de peso, no es que el tipo metía miedo…contagiaba terror y por un tiempo la tribu estuvo sumamente preocupada, ya que fertilizar a la diosa no era una bagatela y era impensable acceder a tamaña recompensa sin derramar sangre.

Entonces, ingenuamente apareció un servidor y asunto solucionado.

El día de la pelea, tenía un plan claramente delineado. El problema con estos hombres primitivos es que sobrevaloran la fuerza física. Por ejemplo, Aquiles tenía la fuerza de diez gigantes, el coraje de un león y la destreza de un centenar de hoplitas espartanos e igual lo hicieron mierda. Ulises era un enclenque y no solo puso fin a la guerra sobreviviendo a la misma, sino que su astucia lo llevó a buen puerto sorteando peligros inimaginables.

La fuerza bruta está muy bien para los bueyes. Los humanos preferimos ser astutos

- Hola, mi gigantesco amigo, lindo día verdad? –
- Yo matar y usar huesos de Largo Lebón como escarbadientes – me respondió Ubuntu – el – implacable
- Es probable, amigo. De hecho es muy posible, pero no te apresures o perderás algo que no podrás encontrar nuevamente en toda tu perra vida –
- ¿ Y eso ser? –
- Un auténtico comediante. La estrella más rutilante del universo del chiste –
- ¿ Y tu ser bueno en eso? –
- El mejor de todos, amigo gigante –
- A ver, contar algo y si ser bueno Ubuntu dejar vivir unos minutos extras –
- Con sumo placer, mi gigantesco amigo ¿Sabés como se dice suegra en ruso?
- Pues nop –
- Storbak –
- Storbak???? ¡¡¡¡ Ja ja ja ja ja!!! ¡¡¡ Ta gueno !!!¡ ¡¡¡ Ja ja ja ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!!
- Colectivo en alemán: subanpujenstrugenbajen
- ¡¡¡ Ja ja ja ja, ja ja ja, ja, ja, ja, ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!! –
- Viuda en chino: Chinchumachu –
- ¡¡¡ Ja ja ja ja, ja ja ja, ja, ja, ja, ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!! –
- Bigote en portugués: alfombra do moco –
- ¡¡¡ Ja ja ja ja, ja ja ja, ja, ja, ja, ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!! –
- Mujer embarazada en africano: Titicombombo –
- ¡¡¡ Ja ja ja ja, ja ja ja, ja, ja, ja, ja jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa !!!!!

Y mientras el morocho amigo se descostillaba de risa, aproveché la ocasión para seleccionar la roca más grande de alrededor, que con hercúleo esfuerzo, producto de largas horas en el gimnasio, partí en la cabeza de mi desafortunado rival.
El morocho se quedó tieso y por el mar de sangre que brotaba de su cabeza supuse que dormiría hasta la vuelta del Impresentable.

Después de esto, los tiempos se aceleraron. Un grupo de doncellas se acercó hasta la diosa sexy y se la llevaron para prepararla para la ceremonia de la fertilidad. Nadie me quiso dar una mísera pista sobre de que se trataba pero supuse lo usual, bañar aquel cuerpo exuberante, hacerle las uñas de los pies y las manos y untarla con las fragancias más exquisitas….¡¡¡ hubiese dado una pierna por estar allí!!! Lo que, por cierto, en lo personal también me preocupaba.

- No pensarán bañarme o algo así – le pregunté a los morochos
- No bañar ni untar con nada, Largo Lebón – respondió uno de ellos
- ¿Entonces que harán conmigo? –
- Ser como una despedida de soltero, Lebón – me dijo otro de ellos, pero el brillo de sus ojos escondía un secreto que supuse que no me iba a gustar.

Ciertamente, no me gustó para nada. Cuando uno de los morochos me miró con odio indisimulado, supe que algo andaba muy pero muy mal.

- Tú matar a Ubuntu – el - implacable –
- Uy lo lamento, no era mi intención llegar a tanto. ¿Pariente tuyo? –
- Yo apostar por él todo mi rebaño de cabras. Quedar en la lona por culpa de Largo Lebón –
- Bueno morocho, así son las apuestas, alpiste –
- Yo perder mis doce mujeres –
- Yo perder mi rebaño de vacas –
- Yo perder mis ocho gallinas ponedoras –
- Yo perder todos mis chanchos –
Y la historia seguía y seguía, al parecer todos habían perdido más de lo que podían permitirse, ardían de frustración y deseos de disipar la ira sobre alguien. Que al parecer habían encontrado ya.

Para hacerla corta compadre, los veintipicos morochos me molieron a palos.

Tiempo después, arrastrándome como pude llegué hasta la choza de la diosa fértil

- Larguito? Sos vos? Quién te convirtió en un guiñapo sanguinolento? –
- Unos muchachos amantes de las apuestas y de las despedidas de soltero –
- Ay Larguito ¿Vos sabés lo que tenemos que hacer ahora? –
- Me hago una idea, sip –
- Pero no podés sostenerte, ¿cómo vamos a hacerlo? –
- Mi bellísima diosa, aunque estuviese muerto, volvería como fantasma por la dicha de poseerte –
- ¡ Ay Larguito! ¿Siempre sos así de galante cuando estás medio muerto? –
- Curiosidades de la vida, supongo – le respondí
Y acercándome hacia sus labios perfectos dije:
- Dame unos minutos y te mostraré como ama un criollo de pura cepa a una diosa sexy -

Luego, me desmayé en su regazo.

Como a través de las brumas de un sueño vi que ella acariciaba con ternura mi pelo y dijo.

- Todos los que necesites, mi infortunado galán, todos los que necesites –

Dormí como un tronco hasta el mediodía y cuando el hechicero se apersonó para revisar las sábanas casi le dio una apoplejía.

- ¿Diosa Siliconas no ser virgen? –
- En serio querés que te responda eso? – le pregunté
- Pero doncellas asegurar que diosa ser virgen –
- Entonces supongo que lo sigue siendo –
- Tú no fertilizar a Diosa Siliconas? –
- Y que que querés que le haga, morocho. Tus amiguitos me molieron a palos –
- Un verdadero guerrero hubiese cumplido sagrado deber –
- Cierto, cuando veas uno avisáme –

Acto seguido, el morocho se quedó duro como una estatua. Por los indicios de su semblante, oía voces que estaban lejos del alcance de un pobre mortal.

- Equivocarnos nosotros, al confiar en dioses foráneos – con un brillo diabólico en los ojos, expresó el morocho
- Bueno compadre, no es para tanto, esta noche levantamos el aplazo y listo –
- Tú ser la mar de boludo, no entender nada. Los planetas alinearse de nuevo dentro de quinientos años. Si fertilizar ahora a diosa, crear demonios sanguinarios y voraces
- Bueno amiguito, los políticos también son necesarios, aunque mas no sea como mal menor –
Pero el morocho, ensimismado en sus pensamientos, ni se dignó a escúcheme.
-Nosotros volver a dioses genuinamente locales – expresó luego

Y con un macabro tono de voz, agregó:

- Y ofrecerles dos sacrificios para implorarles perdón –

VII

Estacado en un acantilado, sintiendo la piel ampollarse por el calor infernal que hacía del cual no se salvaban ni las piedras, no era la mejor forma de morirse. De hecho, mucho mejor sería de un síncope después de una maratón de sexo salvaje pero bueno, a veces las cartas que tenés en la mano no son las que querrías y hay que resignarse.

- ¿Siliconas?
- ¿Sí Larguito? –
- ¿Estás bien, bonita? –
- ¿El horario de las preguntas idiotas ya ha llegado? –
- Entiendo bonita, merezco tu desprecio. De haber cumplido mi obligación no estarías en una situación tan desesperada –
- No te martirices, Larguito. Igual hubiese llegado a esto, yo misma me metí de cabeza en la trampa. Al menos los morochos capullos me dejaron los diamantes. Si salgo de esto seré una mujer rica –
- Ya sos inconmensurablemente rica, guapa –
- Cierto, pero más todavía. Yo soy la que lo lamenta, Larguito. Si no te hubiese humillado en tu propia tierra, no habrías recorrido medio planeta para encontrarme –
- Sip, así lo pensé al principio, pero no es del todo cierto –
- ¿No es así? –
- No del todo, Siliconas. Es cierto que cientos de veces fantasée con la idea de retorcerte el pescuezo, pero otras tantas soñaba solo con besarte –
- No entiendo, Larguito –
- Yo tampoco, bonita. Veamos si consigo expresarlo. Tal vez sean infundadas ilusiones mías, pero mientras más tiempo te perseguía, más sentía crecer dentro de mí un sentimiento hasta entonces jamás explorado. Empecé a preguntarme como sería amanecer abrazándote y con tu cabello cosquilleando en mi nariz. Empecé a sentirme posesivo y cuando el morocho Ubuntu reclamó derechos sobre lo que en mi fantasía era mío, me alegré sobremanera de haberlo matado. Ignoro como se llamará lo que siento, cielo lindo, pero de lo que esto seguro es de que el mundo se me torna insípido cuando no estás cerca –
- ¡ Ay Larguito, que cosas tan bellas dices !!! –
- ¡¡¡ SIIII, QUE TIERNO, MÁS TIERNO Y EMPALAGOSO QUE UNA TELENOVELA !!! – nos interrumpió así diciendo, una poderosa voz.

La voz pertenecía a un gorila gigantísimo, ciertamente de tamaño baño. Parecía toda las sedes del PRO concentradas en un solo individuo. Era una visión terrible.

- ¿Y USTEDES QUIENES SON SI PUEDE SABERSE? –
- Supongo que seremos su sacrificio –
- ¡¡¡ AHHHH !!! - ¿LOS NATIVOS? –
- Ciertamente, ellos –
- SON UNOS PELOTUDOS ATÓMICOS. SORDOS, ENCIMA. VOS PODÉS CREER QUE LES DELETRÉE BANANAS Y ASÍ Y TODO NO ENTENDIERON? ¡ NO BWANA, BANANAS ! ¡ HAY QUE SER BOLUDO! –
- ¿Entonces no vas a comernos ni destriparnos? –
- ¿ACASO TE PARECÉS A UNA BANANA VOS? ¡ QUÉ PREGUNTA BOLUDA! –
- ¡ Gracias por su clemencia, poderoso señor! – con un cristal de voz, expresó Siliconas –
- ¿ Y QUIÉN SOS VOS, GUAPÍSIMA? –
- La ex diosa de los nativos –
- ¿ Y TE DEJARON IR ASÍ NOMÁS ? ¡ APARTE DE SORDOS Y PELOTUDOS, CIEGOS! ¿ Y EL INSECTO ES NOVIO TUYO? –
- ¡ Nada que ver, poderoso Señor, es solo una mochila que me cargó su mami para llevarlo a ver mundo –
- PROBABLEMENTE ESO ACABA DE SALVARLE LA VIDA, ¡¡¡ COMO QUE ME LLAMO KONG, DETESTO LA COMPETENCIA!! –
- Vos sos Kong, el famoso King – Kong? – le pregunté asombrado
- NOS CONOCEMOS, ACASO? –
- Yo te conozco, sos famoso en todo el mundo. Decenas de generaciones lloraron con tu historia –
- ¿LLORARON POR QUÉ, QUE PASÓ? –
- Pues, es una larga historia, comienza con vos viviendo en una isla tropical –
- UNA ISLA COMO ÉSTA –
- Ciertamente, a esa isla llega una mujer bellísima –
- ESA PARTE SE HA CUMPLIDO YA – mirando tiernamente a Siliconas, la gran bestia dijo.
- El gran gorila se enamora de la bellísima humana –
- NO ME CUESTA IMAGINAR ESO TAMPOCO –
- Pero súbitamente llega un gran barco a la isla –
- COMO ESE GRAN BARCO YANQUI QUE AYER ATRACÓ EN EL PUERTO. LOS DEJÉ EN PAZ PORQUE NO ME ROMPÍAN LOS QUINOTOS –
- Era en apariencia, un barco científico. Pero en realidad estaba lleno de soldados armados con fusiles de dardos tranquilizantes, cuya finalidad era capturar a la gran bestia –
- O SEA YOP –
- Ciertamente. Los hombres pasan por muchísimas dificultades y a punto están por darse por vencidos cuando reparan en el punto débil de la bestia. La guapísima mujer humana. Capturarla a ella les resulta sencillo y el gran gorila, al acudir a su rescate, después de una épica lucha es también capturado –
- LA HISTORIA ME GUSTA CADA VEZ MENOS –
- Ambos son llevados a USA, pero después de huir de sus captores, la gran bestia corre furiosa por las calles con un solo objetivo, hallar a su amada. Al fin la encuentra pero ni tiempo para arrumacos les queda porque el ejército yanqui en pleno les sale al frente y después de un sinfín de misiles perdidos, cañones rotos y aviones destrozados, logran asesinar a la gran bestia, cuya última visión en la vida, es la de la bella mujer humana llorando –
- ¡¡¡ ESA HISTORIA ES UNA MIERDA!!! ¿QUIÉN ESCRIBIÓ ALGO TAN RETORCIDO? –
- Pues, tenés que entender que es una tragedia. Todas ellas tienen un final horrible –
- YO LA VOY A REESCRIBIR ENTONCES. ANDÁ Y DECILE A ESOS YANQUIS QUE SE LAS PIQUEN, SINO LES VOY A ARROJAR ROCAS HASTA CONVERTIRLOS EN CHATARRA. Y CUANDO SE VAYAN ME QUEDARÉ PARA MI CON LA MUJER GUAPA Y SEREMOS FELICES COMIENDO PERDICES….O AL MENOS BANANAS. TAL VEZ NO SIRVA COMO GUIÓN DE PELÍCULA PERO ESO NO ES MI PROBLEMA, A MI ME SATISFACE -
- Ahh, y quién va a decirles eso? –
- MIRALO ASÍ: SOMOS TRES ACÁ. YO NO PUEDO Y LA GUAPA TAMPOCO PORQUE NO QUIERO. DESPEJÁ LA X QUE FALTA –
- ¡¡¡ Pero están a cientos de Km de aquí y debo atravesar el corazón de la selva, tardaré semanas en llegar !!! –
- MENOS DE CINCO MINUTOS, INSECTO, A ESO PUEDO ASEGURARLO –
- ¡¡¡ Imposible !!! –
- ¿¿¿ QUERÉS APOSTAR??

Afortunadamente no hice la apuesta, ya que hubiese perdido. La verdad es que el volar por el aire arrojado por un gorila tamaño baño no fue una de mis experiencias favoritas. Aterricé de culo en un profundo arroyo, al llegar. Supongo que el universo me debía algunos pequeños favores.

Acto seguido fui al barco yanqui a darle las malas noticias.

- ¡¡ Sheeet!! – gritó apesadumbrado un robusto marine de dos metros y generosa fracción
- Coumo ser posible que gourila estar bajo avisou? ¡¡¡ Esta ser misión de alto secretou, ni el mismisimou presidente estar enteradou !!! –

Entonces, una veintena de pares de ojos azules se volvieron hacia mi.

- Bueno, muchachos, la historia es muy conocida, desde la década del sesenta se viene plasmando en la pantalla. Es más, todavía no había efectos especiales cuando la filmaron por primera vez y el poderoso Kong era un mono tití que gateaba sobre un telgopor con unas ventanas dibujadas –
- ¿ Tú haber bocineadou? –
- Ejemmm, bueno, tal vez una que otra palabrita le mencioné al respecto

Hay algo que debería saber Ud sobre los yanquis compadre, tal vez en el futuro le sirva. Vos podés entrar a la casa de ellos, matarles la mujer, el perro, la madre y no es que les caiga muy bien la idea, pero se la bancan.

Pero si querés que realmente arda Troya, haceles perder dinero, entonces sí que se arma.

Para hacerla corta, una veintena de gigantescos gringos de ojitos azules me molieron a palos.

VIII

En el aeropuerto de Ámsterdam, a punto de tomar el vuelo hacia Baires, nuevamente la vi.

- ¡ Hola Larguito! ¿Viniste a detenerme antes de que robe el secreto de la coloración de los tulipanes?
- Nop, Siliconas. Solo hice aquí la escala, me vuelvo a casa –
- ¿ Qué? –
- ¿Tenés problemas auditivos? –
- ¿ Ya no vas a perseguirme? –
- Ciertamente nop –
- ¿ Por qué no? –
- Porque ya estoy viejo para que me muelan a palos cada tres días. Además no sé que te molesta. ¡¡ Ya ganaste!! ¡¡Felicidades guapísima!!! ¡¡¡Me pateaste el culo en buena ley!! ¡¡¡Ganaste!!! –
- Pero Larguito… -
- ¿Qué te parece si nos despedimos como buenos colegas y amigos? –
- ¡¡¡ No!!!, ¡¡¡ No quiero ser tu amiga !!!, ¡¡¡ Te odio !!! - gritó la bella ladrona mientras se le saltaban las lágrimas.

¿ La verdad? Prefería una certera puñalada en el corazón que ver sus bellísimos ojos enrojecidos por el llanto.
- Ya. Ya, bonita. Todo juego tiene un final, vos lo sabías-

Ella me miró desde sus ojos preciosos bañados en lágrimas. Con un hilillo de voz, así dijo:

- ¿Era verdad lo que dijiste cuando estábamos encadenados? –
- Estábamos por morir deshidratados, bonita. Uno dice cualquier cosa en esas circunstancias –
- ¡¡¡ Ahhh, querés decir que mentías !!! –
- Fue verdad cada palabra, aunque preferiría haberlas callado –
- Y sip, Larguito, tu sentido de la oportunidad para declararte apesta, por así decirlo -
- Bien dicho preciosa ¿podemos ya olvidarlo? –
- No quiero olvidarlo, Larguín, porque yo siento lo mismo –
- No finjas preciosa, total ya ganaste –
- ¿Creés que sos el único que puede sentir, Larguito? Si supieses las tardes en que permanecí mirando el horizonte mientras esperaba verte aparecer, siempre tan serio, tan furioso, tan tenaz, tan dedicado. Yo no quise enamorarme, sencillamente ocurrió. ¡¡¡ Yo también te amo !!! –
- ¿Dices la verdad, Siliconas? Si me mientes otra vez, ya no podría soportarlo –
- Es la verdad, Larguito y voy a demostrártelo –
- ¿Cómo? –
- Permitiendo que me captures –
- ¿¿Quéeee??? –
- ¿Te imaginás, Larguito? Serías un héroe internacional, te llamarían del Mossad, del FBI, de la CÏA, ¡ se pelearían por vos todos ellos! –
- ¡¡¡ Pero estarías decenas de años en cana !!!
- Es verdad ¿Pero vos me visitarías, no es cierto? –
- Cada día Siliconas, pero no es el punto. ¿Cómo imaginas que me sentiría yo en esas circunstancias? –
- Orgulloso de que hay alguien que te ame tanto que haga tamaño sacrificio –
- ¿ Y piensas que yo te amo menos, como para permitirlo? -
- Pero Larguito…..-
- ¡¡¡¡ Dije que no, carajo!!!!! –

Ambos callamos luego, mirándonos fijamente y diciéndonos miles de cosas en ese perfecto lenguaje sin palabras que tiene las almas gemelas. Para romper el silencio, dije.

- Voy a aceptar tu oferta, Siliconas, porque separarme de vos me produce un dolor inconmensurable. Pero solamente hasta llegar al avión, luego pensaremos que hacer. Somos dos genios en nuestras áreas, algo se nos habrá de ocurrir –
- De acuerdo Larguito, ¿vas a ponerme las esposas? –
- ¿Vas a intentar escaparte? –
- No lo haré, Larguito ¿crees en mi palabra?

Miré sus ojos entonces, bellos hasta el infinito y sin una ligera sombra de malicia y dije:

- Sos la única persona del mundo en quien realmente creo, bonita –
- ¡¡ Que tierno, Lebón!! Por fin comenzás a decir las cosas en el momento apropiado -

Ya dentro del avión nos pusimos al día con los besos y caricias que largamente nos debíamos. Y luego pensamos, pensamos y pensamos.
Y hallamos por fin la respuesta.

- ¿Siliconas? ¿Estás dormida? –
- Ya nop, Larguito, ¿Qué se te ofrece? –
- La chica del caño, allá en el club, tenía menos, bastante menos. ¡ muchísimo menos…! ¿Cómo hiciste? –
- Dejáme que medite Lebón, si ya te hiciste digno de conocer mis secretos –

FINAL

Finalmente Siliconas me develó el secreto de cómo hizo para tener mucho menos. Era un juego de ilusión óptica increíble….¡¡¡ Estoy tan orgulloso de ella !!!
Junto con mi precioso amor formamos un equipo alucinante de ladrones de secretos de Estado y ¿la verdad? ¡ Jamás en mi vida me había divertido tanto ! Ayer les afanamos a los brazukas el secreto de la caipirinha que vendimos en una obscena cifra millonaria. ¡¡¡¡ Hubiese pagado mi peso en oro por verles las caripelas, ellos que son tan soberbios porque tienen cinco campeonatos mundiales !! ¡¡¡ Fue un Caniggia – Gol, con todas las letras !!!

Pese a que el Sr K quiso sacarme de la nómina, sigo siendo un agente no – tan – secreto, porque le hice ver la ventaja del nuevo contrato. No seré full-time como antes, pero a cambio tendrá dos agentes por el precio de uno, con el valor agregado de tener a la ladrona más hábil, sexy y famosa del planeta de nuestro lado. Hubiese estado totalmente loco si no agarraba.

O sea que al estar dentro de la Ley y fuera de ella, cubro todo el espectro, una hazaña que ni siquiera mis padres lograron. Y aunque mi padre se finge enojado todavía, yo sé que está orgulloso y la media sonrisa con que me mira desmiente su silencio. Mami, por otro lado, está feliz hasta el infinito y no se priva de demostrarlo. Contrariando lo que la tradición dice, Siliconas y ella se hicieron grandes amigas y para el día de la boda le regaló un precioso par de zapatos. De cemento nop, mal pensado. Eran unos Lucca Spinello exquisitos con tacón de aguja de genuinos diamantes (la debilidad de Siliconas, según supo mi madre a través de algún bocón que bien pudo ser su pequeñito)

O sea que todo terminó bastante bien, dadas las circunstancias.
Si tendría que resumir esta historia diría que es algo así como el cuento acerca de dos almas solitarias que a pesar de sí mismas lograron encontrarse.

Se puede decir que nos sonríe la vida. Ambos somos aún jóvenes, bellos y obscenamente millonarios. Tenemos un trabajo que nos divierte y si queremos podemos almorzar en Jujuy y en ese mismo día merendar en Nápoles.

Mas por ahí no pasa la vida. Esto acontece cuando observo el bello rostro dormido de Sliconas, comenzando a despertarse. Ella hace un mohín tan delicioso que tengo que contenerme para no comerla viva y con femenina delicadeza, abre sus ojos preciosos. Luego me sonríe.

Y es esa sonrisa, amigo, la razón de mi existencia.

Texto agregado el 28-12-2019, y leído por 107 visitantes. (0 votos)


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