La tarde caía sobre nosotros y el jeep marcaba escases de gasolina, la brecha considerada una de las más peligrosas de la zona y la acalorada discusión en el interior del vehículo no cesaba, María seguía reclamando enérgicamente el actuar de Rodrigo en la cena de Navidad de la familia, los aspavientos, maldiciones y argumentos acaloraban más la situación, las justificaciones de Rodrigo no bastaban para cesar los enojos constantes de su Esposa, quien a diestra y siniestra remitía violentamente con un bombardeo de palabrerías que retumbaban drásticamente en los oídos de Rodrigo, quien a su vez pisaba el acelerador en son de molestia, la maleza que se observaba por la ventana del vehículo pasaba una tras otra en forma de ráfaga, y el terreno irregular hacia saltar más de una vez a los violentos enamorados.

La noche ya estaba presente y las tenues luces del jeep contra la neblina espesa de la brecha no ayudaban a visualizar muy bien el camino, en el interior del jeep sonaba en la radio una balada que era ignorada por la reperiqueta que ambos ejercían para tener la razón, sin embargo lo que se había empezado con palabras ahora llevaba consigo amagues de ejercerse violencia con forcejeos y empujones que hacían más ríspida la situación, Rodrigo pisaba el acelerador hasta el fondo y realizaba movimientos bruscos , para hacer sentir presente su molestia, María, hacia como que no le importaba e ignoraba la situación, mientras seguía maldiciendo el actuar de su pareja, a lo lejos se observaba una población, a la cual se acercaban a altas velocidades y el terreno de terracería no parecía apto para soportarlo, fue así que una vuelta previa a la localidad apareció de manera inesperada, Rodrigo trato a de todas formas de controlar el vehículo las llantas derrapaban por la terracería sin control aparente hacia los arboles a borde de la brecha, el impacto fue brutal e inminente los cristales explotaron y el vehículo parecía de cartón, perdiendo la forma, María no traía puesto el cinturón de seguridad lo cual ocasiono que saliera disparada por el parabrisas, Rodrigo se aferró con fuerza al volante sin embargo parecía marioneta de las violentas sacudidas que la inercia del impacto generaba, perdiendo el conocimiento.

Al recobrar la consciencia entre luces y sirenas, observo los primeros rayos del sol que impregnaban el paisaje mientras varios elementos forcejeaban los fierros doblados para liberarlo, tenía el rostro sangrado, y heridas superficiales en el cuerpo al parecer no había sufrido daños graves debido a lo violento del impacto, una vez que fue liberado, pudo ponerse de pie, y trato de ir hacia María que yacía metros adelante del accidente ensangrentada y en una posición poco ortodoxa, sin embargo fue detenido por uno de los elementos que ya se encontraban en la zona, haciéndole saber lo inminente, María no había sobrevivido al aparatoso impacto.

En la Comisaria del pequeño condado, se encontraba detenido Rodrigo el cual ahora tendrá mucho tiempo para reflexionar lo importante que es saludar a la abuela Materna y aceptar la rebanada de pastel que su Suegra le ofrecía en aquella cena de Navidad.

José Miguel Torres