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Es predecible y parte de la lógica de estos tiempos. En que hoy paranoicos de ver que la muerte siempre anunciada parece haberse acercado unos metros.

Y claro... el tema no va de revisar los actos de la vida, sino de usar los últimos momentos en intentos de agravar lo ya grave.

En este Carnaval fúnebre muchos quieren ser la Reina de la Primavera, ser el primero que anunció que iba a pasar X o Y, ser el que se mostró más afectado, el que cumplió más a cabalidad.

De joven pensaba que la Extinción de la Humanidad iba a ser un momento fatal, el relato mítico de un planeta azul que alguna vez albergó vida y como destino trágico se extinguió, como quien apaga la vela dejando todo a oscuras y en silencio.

Quedando el amargo sabor de unas almas abrazadas con fuerzas en su último suspiro.

¿Qué final distópico habría de ser este? De personajes bizarros que se pelean un segundo de atención o que por la sensación de un euro más en el bolsillo, ante la posibilidad de un mañana ya pasado el mal sueño le recuerden como alguien que "parecía hacer algo".

¿Qué escribirán los historiadores del futuro?, ¿hablarán del que daba la pelea contra las autoridades para mostrarse más consternado por las circunstancias?, pues si esta fuera una devastación de proporciones, sería recordado como el ruin que quería sacar provecho de tal situación.

Pero, existe siempre la posibilidad... Esa que le interpreten como "alguien preocupado" y eso se capitalice a su favor.

... Dejando tan mal olor a un lado y pensando en los anuncios apocalípticos del pasado reciente, hasta hace poco una marca destacaba la labor de gente que limpiaba los océanos, alentando su labor y destacando que no era tiempo perdido.

Pues por poca que parezca una contribución es un esfuerzo, que sumado a otros terminan por ser el resultado colectivo de muchas voluntades, que merecen ser reconocidas.

Bien sabida es la devastación de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial y lo voluntariosos que fueron en seguir adelante.

Los ciudadanos de muchos países han demostrado generosidad en esta crisis que pasará, pero más allá esperan otras. Y esto es lo que hace a las Naciones, la fuerza de su gente, las demostraciones de una grandeza de espíritu insospechada.

Como un sistema, que siempre ha estado ahí funcionando hasta que deja de hacerlo, debiéramos sospechar que siempre estuvo presente, que ahora se le necesita desesperadamente y se exige de él.

E increíblemente hay quienes aún esperan darle de patadas en el suelo, ahora que creen que está tambaleante, para imponer su "culto a la personalidad". Y seamos arrastrados todos, como quien insiste en conspirar contra el capitán de una nave que está acercándose al Triángulo de Las Bermudas en una inquietante y misteriosa tormenta.

Y hay otra publicidad, que potencia la discordia, que persiste en gente de superioridad moral sobre otra inferior.

Gente que por supuesto no es la "limpiadora de mares", sino esa que despotrica cibernéticamente contra el que "no es parte del colectivo social", como si el hecho de apelotonarse juntos tuviera mérito.

Sino estás con ellos no vales la pena. No importa si en tus tiempos libres plantas árboles, no eres el "vociferante seguidor de la plataforma social, el que le pone me gusta a todo lo que huele a ellos mismos"; eso te etiqueta como "inconsciente" según sus reglas.

Sé que esta enfermedad va a ser muy dolorosa y de todo daño espero que valga la pena o qué las actuaciones futuras rindan honor a los caídos.

Ojalá este tiempo que no nos une, qué nos exige distancia de los demás para estar a solas, nos sirva para meditar en serio acerca de la vida, sirva para lograr madurez y realmente proyectarse no en el segundo presente, sino en nuestra trascendencia como especie.

Pensar en no robarle a los que vienen para asegurar nuestro segundo, dejar la mezquindad de lado porque eso no va a salvarnos la vida, sólo va a hacer que la muerte se nos acerque lo suficientemente para que alguien tenga el peso de escoger si dejarnos vivir o morir.

De continuo no entiendo porqué alguien prefiere ser ruin a ser grande y noble.

¿Porqué hay quienes hacen gárgaras con lo infinito y nos destruyen cuando tocamos techo?

Es un mundo desconocido, no sabemos qué hay más allá de este hoy.

Hay quienes deciden dejar de crecer cuando la ropa se les está quedando corta, hay quienes asumen que no hay vuelta atrás y aprenden a lidiar con ello de forma sabia, sin que signifique perderse en el camino.

No es una decisión dejar de crecer, querer hacerlo es una negación. El niño en un arranque se lanza por la escalera, pero decide crecer por el amor que siente y actúa con mano comprensiva hacia aquello que antes rechazaba con odio.

No tengo idea qué viene para delante, sólo entiendo que esto es impredecible y misterioso.

Sé que esto pasará, porque no merecemos esta decepción. Lo que se construyó en el pasado con esfuerzo, sacrificio y entrega no se merece un desdén así.

Con actos de generosidad, con altura de miras, con grandeza de espíritu, con comprensión hemos de construirnos, pues el día que nos vayamos se nos debe echar de menos.

Cuando este planeta sea un cementerio de hielo, el Universo debiera estar de duelo.

Texto agregado el 21-03-2020, y leído por 111 visitantes. (2 votos)


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