Nunca aprendemos de nuestros errores,
ni somos capaces de ver nuestros aciertos,
más, es esta la senda cierta para estos días inciertos,
la solución que está en nuestras manos,
porque ahora cerrar las puertas es además abrirlas.

Nos dice sabiamente el dicho popular:
"Cuando una puerta se cierra, otra se abre"
y es tiempo de buscar la fortuna de vivir,
encontrar dentro lo que ya estaba allí
y no veíamos; la humanidad tras nuestra puerta.

Es tiempo de descubrimiento, de autorrevelación,
ver en el interior, la fuerza que viene de dentro,
endógena escapada hacia nosotros mismos,
cuando la salida y la meta se encuentran
en una victoria personal y transferible

Hoy todo el mundo sabe lo que tiene que hacer,
unanimidad planetaria para un deseo colectivo,
el fraterno abrazo más distante del mundo
y el aplauso para la lección de cada uno: la educación
una loa para el logro nuestro de cada día: la vida.