Nueve días, ocho perfectos, que resultaron ser siete, o seis, no me preguntéis a mí, porque lo que yo diga no es verdad.
No sé qué pensar, si es o no real mi realidad.
Contradicciones.
Por todos lados, de todo mi mundo, contradicciones. Siempre.
Lo he hecho bien. No lo has hecho bien. Lo he hecho bien. No lo has hecho bien. No lo he hecho bien. Nunca lo haces bien. A veces lo hago bien. Nunca lo haces bien. Nunca lo hago bien.
Mi mundo se contradice, ¿cuál es la realidad? Al final me la creo, la del espejo. La que debiera ser mi fiel realidad. Pero sigo sin estar segura. ¿Por qué? ¿Qué hay dentro, que no me deja creer que ese espejo que refleja, lo hace bien?
Quizás sus palabras. O quizás mis ojos.
Mis ojos no ven lo que refleja el espejo.
¿Estará el espejo equivocado? ¿Es eso posible? ¿O soy yo, la que tiene una percepción distorsionada de mi realidad? ¿Sólo acepto lo que quiero ver?
Contradicciones, y mi mundo no ayuda.
No sé qué creer, y mi mundo se derrumba.