Cuando un concejo lo integran funcionarios con procesos judiciales vigentes, el pueblo es el único responsable de su desgracia. Si durante años de mandato permanecen ahí, reelegidos por el sufragio, eso quiere decir, que no es importante la calidad de sus hojas de vida, nos importa poco su honorabilidad y solo le damos valor al dinero recibido a cambio del voto o a las supuestas ayudas que favorecen a pocos y no a la gran mayoría. Un alcalde se convierte en héroe al enfrentar al concejo de corruptos por la sencilla razón de nuestra negligencia y oportunismo al querer sacar provecho de las migajas que ofrecen las maquinarias políticas. El alcalde honesto y transparente busca enmendar los errores que cometemos al no saber elegir.


UN CUENTO

Cuando escribía un cuento, me dediqué a caminar en busca de algunas
respuestas a tantas historias desconcertantes que acontecen en mi país o más explícito en mi ciudad. Hay tanto que exponer y desarrollar que
la narración sería muy extensa y ya no sería un cuento, más bien un libro voluminoso de registros violentos y denigrantes. Las páginas del periódico más expresivo en cuanto a imágenes de hechos violentos registra con realismo la palabra asesinato o siniestro, pero no quería verdaderas historias de sangre, más bien aquellas en las cuales no se cree, se toman por disparatadas o locas comedias. Seguí mi camino después de comprar la prensa, ojee sus titulares y las noticias más relevantes al interés del público estaban colmadas de comentarios polémicos que se emancipaban de tapujos y eran trapitos sucios y mal olientes o corruptos negocios restregados en las caras de los eminentes oponentes.
Mi interés era otro, yo no quería incursionar en esa fatídica zona intelectual de estrategias políticas sobrenaturales, persuasiones mutantes que te envuelven para que deposites tu voto en las urnas. Bueno algunas elecciones te dejan una colchoneta, o un ventilador o los veinte mil pesitos para que tu conciencia diga, siquiera me quedó algo. Pero en fin regalado o vendido el sufragio, andamos en la misma vaina y es un momento que siempre se repite y al cual ya estamos hechos.
Entonces pensé, que lo que prometen estos ingeniosos estudiosos del hambre en la nación es una emotiva propaganda la cual el pueblo no cree, pero que alimenta esperanzas, esperando que cumplan sus propuestas. Lo otro es que es una disparatada y osada aventura tratar a corto plazo de solucionar muchas de las necesidades que tenemos.
Y por último, entre tanta desigualdad económica, que causa las estadísticas de violencia, nos divertimos con sus comedias, sus peleas o sus acusaciones por corrupción pero que a decir verdad como pobres no nos importa esos detalles, porque terminamos siempre sufragando.


NOTA: Jamás he recibido dinero por el sufragio, pero si fui engañado y me quedé esperando una supuesta beca de estudio que nunca llegó. Soy tan culpable como muchos.
Escribí esta narración en el año 2014 con el nick Lg pérez.