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Inicio / Cuenteros Locales / JoseMiguelTorres / CRÓNICAS DE UN ENCIERRO FORZADO

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Y un día como muchos otros me fui a la cama a dormir, y al despertar nunca imagine que el mundo que conociamos hasta ese momento, había cambiado en su totalidad, en esta nueva era digital no fue difícil percatarse que del otro lado del mundo existía preocupación por un virus que se propagaba rápidamente y que estaba matando a miles de personas, sin embargo ingenuamente creemos que lo que pasa del otro lado del mundo no nos afecta, por lo que en nuestro afán de sentirnos superiores o intocables está situación dio cabida a burlas y memes que inundaron las redes sociales, pero el golpe a sido brutal la globalizacion nos hizo entender que en este mundo todos estamos conectados, que lo que afecta a un sector del planeta tendría que ponernos en estado de alerta inmediata para priorizar las medidas básicas necesarias para sobrevivir en esta jungla de asfalto, sin embargo no fue así y lo que se veía lejano ahora ya estaba detrás de tu puerta.

El coronavirus había llegado a nuestro país, a nuestra Ciudad, a nuestra gente, familiares, conocidos, amigos, padres y hermanos. Observamos con asombro las cifras estratosfericas de muerte que sembró en Europa y medio Oriente, y ahora América enfrentaba la peligrosa amenaza, el gobierno y las organizaciones mundiales de la Salud implementaron las medidas precautorias básicas y la locura colectiva comenzo; el desabasto de víveres, el desconcierto y desconocimiento del virus generaban intriga y preocupación en la población, los negocios y trabajos por decreto oficial tuvieron que cerrar o reducirse al mínimo para evitar cualquier tipo de contagio, los cubrebocas, el alcohol en gel y desinfectantes inundaron las calles, los saludos, besos o muestras de afecto habían quedado en el olvido, debido a que cualquier tipo de contacto podría desencadenar en adquirir el virus por lo que con el afán de evitarlo se procedió a confinar a la mayoría de la población a permanecer en casa y evitar a toda costa el exponerse al potencial virus, sin duda alguna había comenzado una nueva forma de vivir de la cual no teníamos ni idea de qué resultaría.

Los primeros días del encierro fueron un alivio y descanso debido al estrés diario, y pareciera que el desconectarse de lo habitual nos haría un bien, sin embargo los días fueron pasando, y la información del virus no cedía, los decesos y contagios continuaban a mayor escala y los hospitales comenzaban a colapsar, por otro lado las dinámicas personales habían cambiado todo se había vuelto virtual los trabajos, las escuelas, las convivencias y las ventas habían buscado la forma de manera forzada de adaptarse a esta nueva realidad, así mismo lo que anteriormente pensamos que sería sencillo poco a poco nos mostraba su lado más obscuro, el estrés en casa, la frustración de adaptarse a la nueva tecnología, la falta de convivencia, la soledad, las manías, las agresiones poco a poco van tomando forma en nuestros hogares y las mínimas molestias o provocaciones pueden generar caos en el nuevo micromundo que nos encontramos.

Los días pasan y el encierro puede detonar vicios ocultos o malos hábitos, nuestros demonios internos siempre buscan la forma de salir de una manera u otra y la necesidad de escapar de la nueva realidad busca refugio en las bebidas alcohólicas, en los cigarrillos, la ansiedad nos hace abrir el refri una y otra vez en busca de alimentos para calmar la mente, las constantes llamadas laborales generan estrés y la falta de dinero es una angustia constante, estamos aquí y allá y en todos lados, el celular la computadora, las tabletas y la televisión absorben la mayoría de nuestro tiempo, entre conferencias, pláticas, capacitaciones, búsquedas, películas y programas irrelevantes, el tiempo se nos va, pero pocas veces nos detenemos a observar nuestro presente, y a las personas que nos rodean, la oportunidad de hacer, crear, y formular recuerdos invaluables con nuestros allegados, así mismo el ámbito personal está en el olvido siempre vemos el exterior, siempre tenemos el comentario y la solución a los problemas ajenos, pero nunca indagamos dentro de uno mismo, nos hace falta echarnos un clavado a nuestros adentros, saber cómo nos encontramos, que tanto nos a afectado esta situación, tomarnos unos minutos para parar, reflexionar y entender que todos los cambios nos afectan, que todos somos diferentes y que algunos ocupan más tiempo para adaptarse, tratar de reflexionar de todas y cada una de nuestras acciones que hemos realizado, y descubrir si realmente nos están generando paz y tranquilidad, así mismo es importante buscar un equilibrio óptimo entre labores y esparcimiento, entre trabajo y ocio, y buscar alternativas para mantener nuestra mente ocupada, de la misma manera en caso de perder el rumbo o sentirse desorientado siempre se puede buscar la ayuda de un profesional, debido a que estos cambios que se han generado pueden detonar recuerdos, traumas o situaciones que debido al actual aislamiento brotan generando más caos en nuestro interior, y únicamente mediante la ayuda de un profesional podemos sanar, porque debemos de entender que lo más importante de todo somos nosotros mismos y que si tu no te pones atención nadie más lo hará, somos y debemos ser siempre nuestra prioridad, por encima de todo y de todos, somos nuestro proyecto más importante y si queremos estar bien, tenemos que sanar emocionalmente, quitar las telarañas mentales que nos hacen caer una y otra vez en el autosabotaje, entender que podemos hacer lo que queramos siempre y cuando exista ganas y voluntad y que con pandemia o sin pandemia, aislados o unidos, depende de cada uno el hacerse responsable de sus actos y explotar cada una de nuestras virtudes para conseguir los objetivos planteados y entender que únicamente los muros y barreras para lograr tus objetivos los construyes tu.

La pandemia sigue y no sabemos hasta cuando, el virus sigue ahí y se está haciendo todo lo posible para crear una vacuna, no sabemos cuanto tiempo vaya a tardar lo único que si sé, es que nosotros podemos hacer algo más que lamentarnos y quejarnos del tiempo que nos ha tocado vivir, depende de cada uno cuidarse tanto del exterior con las medidas precautorias necesarias, como del interior, nos tenemos a nosotros mismos somos nuestra mejor compañía, hay que aprender a hacer las paces contigo mismo, y valorar todas y cada una de las cosas no tangibles como el amor, las palabras, las muestras de afecto, las sonrisas, el llanto, eres tu y siempre serás tu la persona que puede lograrlo, les mando mucha fuerza y esperemos pronto salir de esta, siendo cada día mejores que el día anterior y entender que el virus que más se propaga en nuestro interior es el de los malos pensamientos y las malas acciones, cambiemos nuestro enfoque y preparémonos para lo que viene, porque con virus o sin virus aún nos queda mucho que trabajar.

JOSÉ MIGUEL TORRES ALCANTAR

Texto agregado el 26-08-2020, y leído por 67 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
26-08-2020 Así es.. quedará mucho por reconstruir, en algunos casos partiendo por las relaciones sentimentales. Un abrazo, sheisan
 
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