Aquel día hubo…

Las agujas del reloj pausaron la memoria
Los metales moribundos de la noche
Conspiraron contra el día

Aleteo de mosca
Ondulaciones de lombriz
Cadáveres de tabaco
Aluminio cilíndrico agonizante

Debí cruzar…

La primera pregunta
El lazo vilipendiado del amor
Estrangula mis deseos de ti?
El sitio de las cosas roto… Orquídea con senos
Semilla de océano en los ojos
La última respuesta

Crucé nuevamente…

Beso de perro
Goma de mascar fosilizada
Trino de mendigo
Bosque adoquinado en la planta de los pies

Corcheas voladoras
Hermosos estallidos
Locura de Saturno
Es
ca
le
ras
a
ba
jo
Mi sanguíneo caminar se perdió
Encontró al fin su mortuorio sendero

La noble persistencia vació mis bolsillos
(Mis manos anidando)

Retrocedí caminando
Me sequé en lo húmedo
Me humedecí en lo árido

Lacónica sonrisa
Dialoga con los muertos
Cuéntales de mi agonía neonata
Talla en sus pupilas mi belleza

Tal vez las esdrújulas fueron mi droga
Y un deseo irrefrenable de esculpir ocasos
Se apoderó de mí

Tras la puerta del horizonte
Alguien me esperó
Y tarareó una canción interminable

“Lo que no comienza nunca termina”

Entonces acaricie las pelusas de mis manos
-Como despidiéndome-
Separé partículas de luz con el pensamiento
Huevos arácnidos titilaron a mi haber
Un rasguño en la pared fue mi último amigo
Su
bo
la
es
ca
le
ra
La aureola mortecina se aferró a mi cuello
Desgarrando las espinas del dolor

Mis venas se inundaron de desiertos
Bendiciendo mi estertor

“Putrefacta divinidad, olvida mis pasos,
No seré el clamor de tu llama ni el descanso de tus pies
De tu espectro melancólico seré la espina más afilada
Tu afán se volverá contra ti, y desearás crear tu propia inexistencia”

El universo dejó de expandirse
La vida se detuvo por completo
Estallaron todas las mariposas del mundo

Entonces:

En
cum
bré
La
Silla

Hubo gran expectación...