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La diferencia de estar contigo parte 14

Aquellas palabras me dolieron en lo más profundo de mi alma. No quería saber nada de él, pero eso era imposible, ahora tenemos un hijo en común y si quería que mi hijo fuera un hombre de bien, debo llevar la fiesta en paz con Jaime.
Disminuyeron las visitas por parte de Jaime, por un momento pensé que dejaría de ir a verlo, pero no fue así. Carlos me pidió la información completa de Jaime, se la proporcioné, yo quería que Jaime estuviera bien, aunque yo para él significo una desgracia en su vida. Supongo que Carlos habló con Jaime porque se presentó en la casa, yo no quería verlo así que le pedí a la nana que le diera a Matías mientras yo estaba en el estudio.
- ¿Y Magda? – preguntó Jaime a Cristina la nana.
-Está en el estudio, tiene trabajo – respondió Cristina que no tiene vela en el entierro.
-Le puede decir que quiero hablar con ella.
-Claro. Espere un segundo - Cristina se dirigió al estudio - El señor quiere hablar con usted. Le dije que tiene trabajo.
-Está bien. Voy en un momento.
Salí del estudio, y la noticia que tenía para él le sorprendió.
- ¿Cómo estás? – preguntó al verme en la sala.
-Bien – respondí seria.
-Vine a ver a Matías.
-Está bien. Tengo algo importante que decirte.
- ¿Qué pasa?
-Me tengo que ir un año a Estados Unidos a trabajar. Me dan una casa y carro, me llevo a la nana y a Matías.
-No puedes hace eso, yo vine arre…
-Nada, he tomado la decisión de irme, no tengo que pedirte permiso. Total, yo en tu vida no significo nada.
Tomé mi camino de regreso al estudio. Estaba claro que no quería verlo.
Mi llegada a Estados Unidos fue provechosa. Nos quedamos en una casa muy cercana a la oficina. Cristina la nana se quedaba con Matías mientras yo me iba a trabajar.
En ese año pasaron muchas cosas. Me di la oportunidad de cambiar de pensamiento. Una compañera me recomendó un dermatólogo en un hospital privado y entré a un gimnasio. Comencé a perder peso y mi cara se limpió. Aunque mi encorvada espalda ya no era tan pronunciada mi espalda dejó de estar muy ancha. Mi barriga dejó de ser pronunciada y mis piernas se veían más esbeltas.
En el año que estuvimos allá, Jaime se comunicaba conmigo por internet. Lo veía por la computadora, pero yo no aparecía, aunque no me viera, siempre le decía a cristina que me dijera que me extraña.
Un día por la mañana, me fui al trabajo y me encontré con mi nuevo destino.
-Perdón. ¿Usted sabe dónde puedo encontrar a la licenciada Magda Escalante?
- ¿Para qué asunto? – pregunté.
-La estoy buscando vengo a trabajar con ella.
-Está de suerte – le respondí – yo soy Magda Escalante.
-Es un gusto me llamo Terry Spencer.
Mi suerte cambió. Terry es administrador y estaba trabajando en la misma empresa que yo, no acostumbro combinar las relaciones de pareja con el trabajo, pero esta vez no lo pude evitar.
Comenzamos a salir, conoció a Matías y se encariñó con él. Le conté mi historia con Jaime y de mis planes para regresar a mi vida cotidiana. Terry fue muy claro conmigo desde el principio y que su final estaba cerca. Padecía una enfermedad, tenía lupus y el tiempo de vida era poco.
Aun así, decidí estar con él. El año se cumplió y regresé.


Carlos me visitó y me dijo cosas que me sorprendieron pero que no cambiaron mis planes.
-Me dio gusto enterarme que ya estás de vuelta.
-Fue un viaje increíble – le dije emocionada.
-Yo te veo de maravilla – Carlos es un caballero.
- ¿Cómo están las cosas por acá? – pregunté sin pensar que quería saber de Jaime.
-Todo muy bien. Varios meses después de que estabas en Estados Unidos, hablé con mi hermano.
- ¿Qué paso? ¿También te insultó?
-Aunque no lo creas, Jaime ha cambiado. Hablamos y tratamos de unir las piezas del rompecabezas, yo le pedí que no se alejara de mí. Es mi hermano, tanto que nos hicimos una prueba de ADN porque él no me creía. Con los resultados quedó convencido de que somos gemelos.
-Eso es bueno. Y me da gusto por ti - le expresé.
-Muy feliz no te veo.
-Lo estoy, pero no quiero saber nada de Jaime. Él quedó en el pasado. Me estoy dando una nueva oportunidad con alguien con conocí en Estados Unidos. Está aquí y nos vamos a casar.
-Pues te felicito. No me lo esperaba – dijo Carlos.
Continuará...

Texto agregado el 17-10-2020, y leído por 107 visitantes. (0 votos)


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