A las doce en punto salía de la tienda D TRES donde trabajaba. Era cajera desde hacía tres años. Cumplía su labor de la mejor manera. El administrador nunca recibió una queja de ella, hasta le había dado dos premios por ser la mejor empleada en los dos últimos años. Habían cinco clientes en la fila, tan pronto los atendiera cerraría la tienda. De repente entró un joven músculoso, de unos velntidos años aproximadamente. Sacó una pistola y dijo que era un asalto. Los clientes se tiraron al suelo como lo ordenó el atracador. Luego le dijo a Andrea que le entregará todo el dinero que había en la caja. Ella abrió la caja con la intención de darle el dinero. Un cliente iba a entrar a comprar, pero al ver al asaltante siguió de largo. Luego llegó Tony, entró sin miedo pues la puerta se abrió tan pronto se paró frente a ella. Sin hacer ruido llegó hasta donde el ladrón y se abalanzó sobre él, si no llega pronto la policía, el perro de Andrea le hubiera arrancado la mano. Tony, siempre iba a esperar a su ama a las doce en punto.