| Ella nació, indudáblemente,  con  talento.  Pero dentro de los que son propios del género humano. De los que el mismo hombre ha alterado en su 'evolución'. Quizás, procurando división y primacía. Rompiendo con la igualdad tan proclamada en constituciones y estructuras nacionales.
 Pórque si escojo, al  azar, un animal cualquiera, en él, encuentro musicalidad. Y dada, en función de su anatomía, su interior, su sistema de locomoción y en lo íntimo de sus proporciones. No habiendo 'aparentes' diferencias  en timbres y tonalidades, tratándose de la misma especie.
 
 Por éso, y tomando el burro cómo ejemplo: le vemos abrir su amplia boca para bostezar, siguiendo una escala descendente, que luego sube, sin salirse de su 'tesitura'. Pudiendo observarse lo mismo, también, en cualquier ave. Y que  se podría ir desde el  aterrador registro de  la gallareta hasta  el hondo suspiro(cambiando de especie) del sapo.
 
 Pero volviendo a élla: La he visto alejarse de la dicha, del golpe de suerte que tuvo al poder mostrar al mundo, lo que trajo de fábrica; para( al contrario) agradecerlo a factores, que al 'unirse', no tuvieron otra opción que la de llevarla a su actual éxito.   Y, así, le ví achicar distancias geográficas, sanguíneas y hasta  algunos parentescos escuálidos.
 
 Hasta, entónces, perderse la crema vital que conocemos cómo humildad
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