| Los hombres ilustres que constituyeron el alma de una época, infunden un intenso deseo de conocer sobre sus vidas, como queriendo encontrar oculto en el fondo de ella el secreto o la causa de la génesis y el desarrollo de los procesos mentales, nosotros tuvimos un hombre que le cupo papel importantísimo en los destinos del Perú, a través de él se puede juzgar a una sociedad, de un carácter innato sobre el que pueden pasar todos los vendavales sociales sin modificarlo, en esta nación peruana hubo un ciudadano que por la índole de su personalidad, se levanta majestuoso y firme, don Manuel Gonzales Prada; sus discursos y artículos tienen pujanza y la sinceridad de quien avanza por el sendero de la verdad; como él decía: 
 “Mundo sin poetas, sin filósofos maravillosos, sin amores, sin heroísmos, sin idealidad, es tierra de bípedos que pacen las flores ornamentales de la tumba de los hombres”.
 
 Los hombres ilustres que constituyeron el alma de ese siglo, conquistaron el blasón de su celebridad por haber vivido en eterno divorcio con su tiempo; en su vida no hay partes resaltantes, casi está exenta de esos actos coloridos que suelen romper bruscamente la regularidad de los días ¿Cómo si su vida toda fuera un gesto, un hecho extraordinario? Algo como la música orquestal en que la magnificencia del conjunto impide en el la apreciación de los detalles ¿Qué fue ese conjunto en su medio y en su época? Nada menos que la armonía de una marcha guerrera que irrumpe en el silencio enorme de la noche.
 
 Los virreyes del Perú constituyeron en estas tierras de América, un reflejo exacto en un medio pequeño de la alta sociedad española de la época, más que de política y de cuestiones de estado, conocieron los virreyes los deberes y ceremoniales sociales, el complicado protocolo de las cortes fastuosas, donde se hacía rigurosa vida  social y palaciega, cuya influencia y saber se trasmitía aun hasta en los procedimientos de administración pública, todos los nobles con sus sequitos, con sus colaboradores, con sus allegados, implantaron en esta tierra muchos títulos de castilla, se creó así una nobleza colonial que origino la aristocracia de la época.
 
 El 6 de enero de 1848 en esta ciudad de los reyes Lima, nació el tercer hijo del matrimonio de don Francisco Gonzales Prada y de doña Josefa Alvares de Ulloa, llamándolo Manuel y siendo el tercer nieto del conde de Ambo por la rama paterna, fue bautizado por el arzobispo en la iglesia de san Sebastián y apadrino la ceremonia el obispo Pasquel, a los 5 años inicia sus estudios en el colegio de la señorita Ferreyros, ya que su precocidad era suma, las primeras letras van aflorando las características de su temperamento y de su inteligencia, para el constituían toda su alegría los catorce perros de la jauría del solar de los condes de Monteblanco la residencia de su familia.
 
 Su padre don Francisco quien ejercía el cargo de vicepresidente del consejo de estado en el gobierno del general José Rufino Echenique, cae en desgracia y es desterrado a Chile, allí Manuel Gonzales Prada reanuda su instrucción en el colegio ingles de Valparaíso, permaneciendo un poco más de dos años en la republica del sur, lapso en el que aprende idiomas el inglés y el alemán, en la atmosfera liberal y amplia del puerto chileno, desasido por lo menos momentáneamente de las ligaduras del patrio solar y de las costumbres, busca experiencia en el roce con las gentes de mar que hacen madurar su ya poderosa rebeldía, ampliando sus horizontes a la vez que van modelando sus pensamientos, es posible que en este estadio de la vida de Prada, la diferencia de clima, de costumbres y de psicología de las gentes, hacen que se encuentre así mismo y se libertase de cuanto pudiera desvirtuar las exigencias de su espíritu en pos de su superación, corría el año cincuenta y empezaba a surgir vigorosamente el liberalismo, comenzó en la política en los círculos de gobierno, ya en 1857 durante la presidencia de don Manuel Montt, se produjo el  gran cisma entre los liberales, los hombres de doctrinas nuevas y los conservadores y llegar con ligeras intermitencias en forma de coalición por un lado y de alianza liberal por el otro, ese apartamiento se hizo día a día más grande hasta culminar en los gobiernos de Errazuriz y Santa María, aunque fue relativamente corta la permanencia de Prada en chile, el ya poseía un cerebro capaz de asimilar debido a su precoz afición a la lectura seria, sentía la influencia de las corrientes nuevas, estas tendencias fueron sin duda las que robustecieron e impulsaron las cualidades innatas de su espíritu.
 
 Cuando Prada estuvo en chile, empezaban a soplar vientos nuevos, anunciadores de una moderna era intelectual, nacía el liberalismo de las ideas; y se organizó definitivamente en el país vecino, el partido radical con don Manuel Antonio Matta a su frente y los copiapinos Pedro León Gallo y Enrique Mac Iver; cuentan que celebraban una sesión los radicales en un local reservado, presidido por don Manuel Antonio Matta, cuando de pronto se abrieron las puertas y penetraron en el recinto guardias del gobierno armados, e intimaron prisión a todos los circunstantes, so pretexto de que conspiraban contra el orden social, en ese critico momento Matta que era bastante enérgico, se puso de pie y ante los mismos sicarios arengo a sus compañeros a no claudicar nunca en sus ideas, a no adjurar jamás frente a las amenazas de los inquisitoriales, desfilo después por las calles hacia la prisión, todo el grupo entre doble hilera de guardias, fueron los primeros radicales de chile.
 
 Al regresar al Perú a esta ciudad de los reyes, sus padres deseosos que continuara su educación lo matriculan en el seminario, la aplastante monotonía, el uniforme, los breviarios y rezos lo exasperan y conmueven su alma rebelde, viéndose obligado a pedir a sus padres lo cambien de escuela, lo matriculan en el colegio de san Carlos; muchas preocupaciones causo a sus padres el temperamento altivo e indomable del joven Manuel, al terminar sus  estudios secundarios ya tenía algunos trabajos literarios concluidos, entre ellos muchos versos y traducciones de autores alemanes e ingleses; como esta traducción:
 
 GACELA
 
 (de id)
 
 Mein liebchen was willst du mehr
 
 H. Heine die heimkehr
 
 
 
 Tienes rosas en los labios ¿más deseas, oh mujer?
 
 Tienes lirios en los ojos ¿más deseas, oh mujer?
 
 Tienes gracia y hermosura, juventud y admiradores
 
 Tienes joyas, tienes galas ¿más deseas oh mujer?
 
 A los lirios de tus ojos y a las rosas de tus labios
 
 Alzo nubes de canciones ¿más deseas, oh mujer?
 
 Soy el eco de tus labios, la falena de tus ojos
 
 Soy la sombra de tu sombra ¿más deseas, oh mujer?
 
 En tu voz y en tus miradas, tengo dichas y martirios
 
 A tus plantas vivo y muero ¿más deseas, oh mujer?
 
 Llego a la vida universitaria por el solo hecho de dar gusto a sus padres, chocaba al adolescente Manuel el ambiente engolado, aristocrático e intelectual de los claustros de San Marcos, que estaba formado por hombres que no podían ser hijos más espirituales de la colonia, dentro del vetusto edificio que fue un convento, todo tenía olor a antigüedad y tradición, todo estaba estacionario, pensamientos, programas, métodos, las continuas citas de latín de los estudios de jurisprudencia hacían que recordará sus días atroces en el seminario; hizo también estudios de química y ciencias naturales, el sabio Raimondi fue uno de sus profesores, durante su permanencia en la universidad compuso una pieza teatral de título por demás elocuente “amor y pobreza” y una comedia que título “la tía y la sobrina” dicen que la hizo en once días.
 
 Por esos años tuvo el gesto que dice mucho de su vida, algo muy propio de él, descontentó y sin fe en la carrera ni amor para ciertos estudios, abandona los claustros universitarios y deja de ser estudiante para siempre, todo lo que él había querido era robustecer su mente; cuando joven solo fue conocido como poeta y hombre de letras, su nombre junto con el de sus contemporáneos trascendió hasta el extranjero “el Parnaso Peruano” de Cortez lo hizo conocido fuera del país por el año 1871, en la corta glosa biográfica que aparece bajo el nombre de cada poeta se lee:
 
 “Poeta por temperamento ha escrito cuanto a sentido, sin lanzarse a la popularidad tras un aplauso o una felicitación”
 
 La poesía de Gonzales Prada es más que todo lírica, sensitiva, propia y personal, se ve claramente que viene de un espíritu filosófico, hondamente preocupado por las cosas del mundo, aun en las estrofas amatorias más sencillas se descubre este aspecto, como poeta suele ponerse también frente a la naturaleza, pero la transforma y acomoda a su modo de ser, la influye con sus estados psicológicos, respecto de la forma es preciso anotar la variedad de estrofas y de ritmos “exóticas” es una anarquía rítmica, que resucita por instantes las más antiguas y diversas acentuaciones de la poesía clásica, de los comienzos del llamado siglo de oro castellano; Prada dio a la publicidad tres tomos de poesías escritas en su juventud “minúsculas” “presbiterianas” y “exóticas”.
 
 En cuanto a poeta fue romántico en su juventud, escribió sentidas estrofas de amor y de tristeza, después con el predominio de la meditación y de su madures filosófica, su poesía varia tornándose robusta y profunda.
 
 LA PRIMAVERA
 
 (imitación de la estrofa alcaica)
 
 Tras los bramidos de yertas ráfagas
 
 Vienen arrullos de tibios halitos
 
 Y escapan a vuelo las brumas
 
 La medrosa legión de vencidos
 
 
 
 Cantan en coro su amor los pájaros
 
 Ósculos mudos se dan en los arboles
 
 Y baja del cielo a la tierra
 
 Un inmenso raudal de ternura.
 
 
 
 RINCON FLORIDO
 
 (Ensayo de un nuevo endecasílabo)
 
 
 
 Ya los árboles, sin hojas ni flores
 
 Vierten lágrimas, ahogan suspiros
 
 Es el lánguido latir de la vida
 
 Es el fúnebre sopor de la muerte
 
 
 Ve mis carmenes secretos, oh amada
 
 Di si en paramos de nieve se tornan
 
 Guardo en lo íntimo del alma la imagen
 
 Llevo un cálido florido rincón.
 
 Muchas de sus estrofas nacieron como estallidos del sentimiento, de sus instantes de silencio y de la grave observación de la vida, al dirigir su vista al porvenir, hacia aquellas edades desconocidas e impenetrables que vendrán después de nuestra existencia dice:
 
 
 
 OH PORVENIR
 
 Oh, porvenir ¡oh sol sin occidente!
 
 ¡Oh días que mis ojos no verán!
 
 Si es noche de amargura lo presente
 
 Que jubilo, que luz resplandeciente
 
 Las horas de mañana irradiaran
 
 
 Yo, el átomo nacido de la nada
 
 Para girar en sombras y morir
 
 Fijo en tus claros reinos la mirada
 
 ¡Oh porvenir!
 
 
 Quien subyugando al tiempo y a la muerte
 
 Joven pudiera eternizarse y fuerte
 
 O en inefable languidez dormir
 
 Alzar un día la pesada loza
 
 Y abrir los ojos a tu luz gloriosa
 
 ¡Oh porvenir!
 
 
 
 PANTUM
 
 A la escondida rosa del jardín
 
 El viento da sus ósculos de amor
 
 Y yo respiro el nardo y el Jazmín
 
 Sin arrancar mi predilecta flor
 
 
 
 El viento da sus ósculos de amor
 
 Mientras mi alma saborea hiel
 
 Sin arrancar mi predilecta flor
 
 Dalia o jacinto, anemona y clavel
 
 
 
 Mientras en mi alma saboreo hiel
 
 Se torna el viento en rápido huracán
 
 Dalia, jacinto, anemona o clavel
 
 Con fúnebre rumor volando van
 
 
 
 Se torna el viento en rápido huracán
 
 Y los suspiros de mi negro esplín
 
 Con fúnebre rumor volando van
 
 A la escondida rosa del jardín.
 
 
 
 GUNNAR
 
 
 
 En pavorosa torre maniatado
 
 Entre un bullir de víboras y sierpes
 
 Yace Gunnar, el noble nibelungo
 
 El orgulloso vástago de reyes
 
 
 
 De inspiradoras llamas encendido
 
 El arpa coge con los pies el héroe
 
 Tañe las cuerdas y modula un canto
 
 El drama de los bravos y los fuertes
 
 
 
 Suena el arpa tan dulce y armoniosa
 
 Vibra la voz, tan grave y tan solemne
 
 Que tiembla el ancho muro de la torre
 
 Y los fieros reptiles se adormecen
 
 
 
 Inmóviles dormitan los reptiles
 
 Mas una sola víbora rebelde
 
 Al doble hechizo de la voz y el arpa
 
 El corazón del nibelungo hiere
 
 
 
 Gunnar, Gunnar, las penas de la vida
 
 Al son de los cantares se adormecen
 
 Mas el amor, la víbora implacable
 
 Desoye cantos y nos da la muerte
 
 
 
 AL AMOR
 
 
 
 (de minúsculas)
 
 Si eres un bien del alto cielo
 
 Por qué las dudas, el gemido, el llanto
 
 La desconfianza, el torcedor quebranto
 
 Las turbias noches de febril desvelo
 
 
 
 Si eres un mal en terrestre suelo
 
 Por qué los goces, la sonrisa, el canto
 
 Las esperanzas, el glorioso encanto
 
 Las visiones de paz y de consuelo
 
 
 
 Si eres nieve ¿Por qué tus vivas llamas?
 
 Si eres llama ¿Por qué tu hielo inerte?
 
 Si eres sombra ¿Por qué la luz derramas?
 
 
 
 Por qué la sombra si eres luz querida
 
 Si eres vida ¿por qué me das la muerte?
 
 Si eres muerte ¿Por qué me das la vida?
 
 
 
 LA NUBE
 
 (de minúsculas)
 
 Con el primer aliento de la aurora
 
 Abre la nube su cendal de nieve
 
 Las frescas aguas de los mares bebe
 
 Y de rosado tinte se colora
 
 
 
 Ora impelida por los vientos, ora
 
 Acariciado por el aura leve
 
 Con repentina ondulación se mueve
 
 Y la serena inmensidad devora
 
 
 
 Al divisar en bonancible suelo
 
 Olas de mieses y tapiz de flores
 
 Sonríe, goza y encadena el vuelo
 
 
 
 Mas, al mirar asolación y espanto
 
 Odios, guerras, muertes y dolores
 
 Lanza un gemido y se deshace en llanto.
 
 
 
 RONDEL
 
 Los dioses griegos, yerta la pupila
 
 Sin pena o rabia, celo ni desmayo
 
 Huyen del éter y en gloriosa fila
 
 Con actitud impávida y tranquila
 
 Heridos caen al tronar el rayo
 
 
 
 Vencidos hoy, sin fieles y sin culto
 
 No tienen aras, oblación ni ruegos
 
 Mas si la torpe mofa y el insulto
 
 Los dioses griegos
 
 
 
 ¡Oh paganismo! El Partenón blanquea
 
 En el Salem del arte y de la idea
 
 Sordos, oíd la dórica armonía
 
 Abrid los ojos corazones ciegos
 
 Ved como arrojan néctar y ambrosia
 
 Los dioses griegos.
 
 
 
 EN UN MUSEO
 
 (imitación rítmica de una estrofa arquiloquea)
 
 
 
 Quiero a los pies de las blancas helénicas diosas de mármol
 
 Culto a lo bello rendir
 
 Siempre a mis ojos vestidas de gracia desnuda de peplum
 
 Reine la griega beldad
 
 Mas que la rica paleta de iris ¡oh! Bloque pentélico
 
 Amo tu nítido albor
 
 Hay en el mármol la suave pureza de un alma inocente
 
 Hay el candor de la luz
 
 Casta blancura, desnudez impecable y divina
 
 Siempre a mis ojos lucid
 
 Rásguense hipócritas velos monjiles, pudores gazmoños
 
 Huyan del arte inmortal.
 
 
 
 CUARTETOS PERSAS
 
 (de exóticas)
 
 Dejad la sombra y paz de tus hogares
 
 Ven al huerto de mirras y azahares
 
 En medio del arrullar de las palomas
 
 Vivamos el cantar de los cantares
 
 
 
 Extiende por mi rostro la red de tus cabellos
 
 Enrédame con tus rizos, perfúmame con ellos
 
 Que brinden tras la malla del oro ensortijado
 
 Tu boca las sonrisas, tus ojos los destellos
 
 
 
 Cuando la amada sobre mi se inclina
 
 Y con su fresca boca purpurina
 
 Vierte en el fuego de mis labios fuego
 
 Toca la rosa sin temer la espina
 
 
 
 ¿Qué es la sonrisa de unos labios? Nada
 
 ¿Qué la mirada de unos ojos? Nada
 
 Mas no se oculta en nada de la tierra
 
 Lo que se encierra en ese doble nada
 
 Es locura el amor y poco dura
 
 Mas quien no diera toda la cordura
 
 Quien no cambiaría mil eternidades
 
 Por ese breve instante de locura.
 
 Pero no siempre fueron sus versos, agiles juegos de palabras que cristalizaran ideas, sino que también fueron suaves sentimientos y entusiasmos, cantando al Dios de las dulces armonías, al pan de la caña fónica, le llama el inmortal, enamorado de la poesía de la leyenda griega le canta así con sutil inspiración:
 
 Se sumergen los pechos, se abisman las almas
 
 En un lago de ignota, suprema dulzura
 
 El tibio aliento de sus bosques
 
 Trasciende a néctar y ambrosia
 
 Un lejano concierto de liras eolias
 
 
 
 Embelesa los aires, suspende los ríos
 
 ¿en dónde suenan esas liras?
 
 ¿presagian bienes a los hombres?
 
 En el mar legendario de Ulises y Homero
 
 A los hombres anuncian las liras eolias
 
 El pan arcádico respira
 
 El pan arcádico no muere.
 
 En la poesía conservo siempre una razonable originalidad, escribió mucho en estrofas cortas que el llamo “Triolets”, “Rondeles” y “Respettos”, designaciones tomadas de Europa, de los cantares de Italia y del mediodía de Francia; Gonzales Prada el poeta es inferior  al prosador y al tribuno, su prosa es esa prosa robusta y múltiple de los grandes adalides nacidos, algo así como ex profeso para guiar colectividades, es la prosa grandilocuente de Juan Montalvo y de Martí, rica en figuras de retórica y sutiles juegos de palabras, noble armonía de oraciones que tienen por alma los excelentes frutos de una vasta erudición.
 
 La región del arte supremo es un sitio en lo más elevado de los dominios del alma, o como decía Víctor Hugo “el arte supremo es la región de los iguales” a él van a converger todos los caminos del arte ¿a qué arte corresponderá? Naturalmente a la poesía, centro de todo ¿Por qué no puede haber arte sin poesía? Sin poesía sería un producto mecánico.
 
 Tenía en ese entonces veintitrés años, era un joven alto de porte elegante y bien conformado, de ojos azules y facciones perfectas, era un excelente tipo de joven ornado de gran cultura y gusto, toda su juventud estuvo dedicada al saber y la auto perfección, época fecunda para él, valiosa para el desarrollo intelectual del Perú y favorable para la cultura americana, los estudios políticos y sociales fueron su predilección, fue esta una de las más bellas estaciones de su vida, paz, comodidad, satisfacción de los gustos intelectuales, se dedicó a la literatura europea, gusto más de la francesa, esta fue la que alimento en su espíritu la fuerza natural de sus rebeldías, la robusta mentalidad de Prada asimilaba perfectamente las luces intelectuales que venían del viejo mundo, al mismo tiempo que nacía su paganismo a base de las fuentes griegas, cuando se es joven el análisis de la historia helena, la comprensión de aquel esplendente mundo antiguo, subyuga, atrae y comunica el halito suave de aquella alma inmortal; para ese entonces ya era Prada un completo descreído del catolicismo, era el hijo disidente en el seno del hogar paterno, era un anticlerical, un hereje que surge en una familia religiosa por tradición, todo esto era el producto de un carácter desarrollado desde temprano en la independencia, cultivado por si solo fuera de toda influencia de medio e imposición de la voluntad, se infiere de esto que en su hogar hubo una completa tolerancia a pesar de la época y de los orígenes de la familia, lo cual indica que entre personas cultas e inteligentes, la diferencia de ideas y creencias no conducen nunca a la ruptura o al choque personal; cuantos casos hay de terquedad por la imposición paterna en el pensamiento de los hijos, que terminaron con el suceso doloroso de una escisión brusca en el seno de la familia; el joven Prada habría roto la unión familiar, porque ningún motivo existe para suponer que habría adjurado de sus ideas, pues desde adolescente fue un hombre, una expresión propia, un carácter fuerte, por aquello oculto o latente que había en él y que después lo llevaría a la notoriedad.
 
 Sentía gran afición por la agricultura y en Lima en las inmediaciones de la exposición exploto Prada una pequeña granja, pero su mayor actividad agrícola la dedico al valle de Mala, diez años estuvo dedicado a esta actividad y tal vez lo hubiera hecho definitiva, de no haberla interrumpido un gran acontecimiento, la guerra del pacifico de 1879, se le ve deambular por las calles de Lima dueño de una inmensa ansiedad patriótica, sigue atento las campañas del Huáscar, en esos días es cuando su madre doña Josefa lo ve por vez primera transido de emoción al contemplar la gravedad por la que atraviesa la patria; Prada se alista en el ejército y asistió a ella con su reguero de sangre, este suceso vino a cerrar el libro primaveral de su existencia, de una manera trágica y súbita de finalizar su juventud, con el tronar de los cañones y el lamento de los heridos, con ardoroso patriotismo se presentó al estado mayor que se disponía a la defensa de la capital, se le confirió el grado de teniente coronel, asignándole enseguida la segunda jefatura de la guarnición “el Pino” desde allí asistió a la batalla de Miraflores, cuando ya toda resistencia era inútil e imposible, el primer comandante de esa posición el coronel Hipólito Cáceres, impartió a Prada la orden de hacer volar las dos mejores piezas de artillería en compañía del sargento mayor Eduardo Lavergne, a la una de la mañana partieron era preciso evitar que esas dos excelentes piezas de guerra cayesen en poder del enemigo, haciendo prodigios de cautela para evadir cualquier sorpresa de las patrullas chilenas de reconocimiento, Gonzales Prada, Lavergne y secundado por Francisco Bolognesi el hijo del héroe de Arica, favorecidos por las sombras de la noche hicieron estallar los cañones; vencedor el enemigo en Miraflores y segura ya la ocupación de Lima, Prada volvió a la ciudad con el enorme peso de la derrota en la conciencia, la patria estaba perdida, los últimos baluartes de la defensa nacional habían sido destrozados tras una larga y sangrienta refriega, la capital estaba siendo ocupada por el invasor y vendría luego la imposición de los términos de paz, para Prada de tan acendrado amor propio y con su carácter tan recto de patriota, era aún más indignante el pensamiento de haber sido vencido a pesar de todos los esfuerzos.
 
 Esta guerra hizo que sienta por primera vez el odio internacional, que fue odio verdadero porque conocía a fondo el origen del conflicto, que no fue otro que el deseo de un país de obtener riquezas sin que le importe la manera de conseguirlo, esta era la verdad clara y sencilla, si es condenable el despojo entre los individuos ¿Por qué no lo será entre naciones? puede argumentarse el derecho a existir, pero este deja de ser tal cuando se realiza por medio de la injusticia, puesto que toda injusticia necesita castigo, inútil es que se levante la voz de la diplomacia y de la historia chilena para justificar la guerra del pacifico, frente a esa voz el hombre civilizado, justo y sensato, cuya conciencia mora en un sitio superior sabe sonreír desdeñosamente, porque está convencido de conocer a fondo los designios humanos, Prada había seguido todo el transcurso de aquella injusticia.
 
 Para evitar ver a algunos de los invasores en las calles de Lima e impedir incidentes, quien sabe con qué consecuencias, se recluyo en su casa durante toda la ocupación, así vivió dedicado enteramente a sus estudios literarios y filosóficos, cultivaba su espíritu, fortalecía sus pasiones e inteligencia, bajo la agradable  sombra del hogar, esta corta época fue enteramente fecunda, fue durante ella protagonista de un caso que nos dice de su temple, de su carácter y de su odio al vencedor; firmada la paz de Ancón el ejército chileno se retiró a las afueras de la ciudad, Prada creyendo que ya todo estaba libre de invasores salió a hacer una visita familiar, de pronto al llegar a una esquina ve a un jefe chileno que se dirige a él con los brazos abiertos y el rostro sonriente a saludarlo, Prada esquiva el saludo y cambia de dirección, diciendo que no podía aceptar el afecto del invasor que mutila el cuerpo de la patria, y además dicta la paz más ignominiosa, grande fue la sorpresa del jefe chileno ante esa actitud, pues ambos habían sido condiscípulos de curso y amigos siendo estudiantes en Valparaíso; cuando el vórtice de la guerra hubo pasado después de cuatro años funestos y terribles, Prada dolorido por la suerte de la patria da comienzo a la gran obra de su vida, la regeneración del espíritu nacional, el luchador que existía en él y que se había manifestado pocas veces en su juventud, despierta con toda su fuerza, exaltado por el espectáculo del país vencido y desmoralizado.
 
 En 1885 al año siguiente de la ratificación del tratado de Ancón, da comienzo a su labor con la pieza literaria “Miguel Grau” que es un verdadero homenaje a la personalidad del gran marino, fue el primer llamado a la conciencia de la patria, el principio de su labor reconfortadora de las fuerzas nacionales; también da a conocer los siguientes escritos “cuartos para hombres vacíos” de intensión satírica “escenas nocturnas” en prosa “el cometa de 1882” y “la máquina de volar” son sus producciones de esa época; en 1886 leyó su famosa conferencia en el ateneo de Lima, sobre tópicos literarios generales y de critica a la literatura nacional, en los siguientes años produjo todo lo que había de reunir en el tomo de “paginas libres” ese mismo año de 1886 fue elegido presidente del círculo literario, que él había fundado haciendo propaganda entre los literatos más notables de la época, con el propósito de regenerar los gustos y crear una nueva literatura peruana, este grupo de hombres nuevos que se levantó después de la  desocupación chilena fue un oasis en medio de esa sociedad, en el circulo literario al lado suyo figuraban:
 
 Teobaldo Elías corpancho                      Arnaldo Márquez
 
 Juan de Arona                                       Numa Pompilio Llona
 
 Luis Benjamín Cisneros                        Ricardo Rossell
 
 El circulo literario se transformó enseguida en el ateneo de Lima, que había de llevar una vida lánguida y silenciosa al desaparecer aquel grupo de hombres notables.
 
 En 1887 es sorprendido por la dolorosa desaparición de su madre, para contrarrestar el dolor de su partida se entrega a una plena actividad deseando influir de cerca en los destinos del país, funda el partido “Radical” la constitución de este grupo político alarmo a los religiosos y espíritus ortodoxos de toda especie, jamás habían hecho vida pública tales doctrinas, los clericales encerrados entre las murallas chinas de su pequeño campo intelectual, no podían concebir que surgiera un movimiento político de esa índole, por este mismo año Prada tenía treinta y nueve años y contrae matrimonio con la señorita Adriana de Verneuil, hija de una estimada familia francesa establecida en Lima, ella desempeño en la vida de don Manuel constante estimulo cariñoso, fue la admiradora que apoyaba la obra insigne del apóstol, por algo fue llamada la animadora; Adriana había recibido una educación netamente católica en el colegio de la consagración, a pesar de la diferencia de ideas religiosas, el nuevo hogar fue un modelo y de ahí nacieron tres hijos, dos varones y una mujer, pero solo vivió uno Alfredo.
 
 Gonzales Prada juega con la metáfora y las comparaciones con gran naturalidad, los estudios que hizo de algunos hombres celebres, entre los que estaban Varela, Víctor Hugo, Renan y Castelar, tienen un sello especial y poco común, sobre todo el de Castelar; Prada parece presentarnos en realidad a los personajes, transmitiéndoles relieve, formas, contexturas, expone la silueta intelectual y moral del hombre, como una figura iluminada con límites precisos, como la silueta de alguien que surge sobre la cumbre de una loma, tras de la cual se pone el sol, con su prosa modela y plasma como un artífice, hasta grabar en la imaginación del que lee la semblanza del personaje, o el pensamiento.
 
 Prada tenía una manera de acondicionar sus argumentos, es tan segura y natural, qué lleva a la convicción y al entusiasmo, enciende lo ánimos y despierta las adormecidas fuerzas morales, es una prosa de juventud propia de las causas reivindicadoras, que solo el poder de la palabra puede conseguir.
 
 En 1888 da su famoso discurso en el Politeama ante los niños de los colegios de Lima:
 
 Señores:
 
 Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy
 
 Para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro
 
 Los viejos deben temblar ante los niños
 
 Porque la generación que se levanta es siempre acusadora de la generación que desciende
 
 De aquí de estos grupos alegres y bulliciosos
 
 Saldrá el pensador austero y taciturno
 
 De aquí el poeta que fulmine con estrofas de acero retemplado
 
 De aquí el historiador que marque la frente del culpable con el sello de indeleble ignominia
 
 Niños sed hombres temprano, madrugad a la vida
 
 Porque ninguna generación recibió herencia más triste
 
 Porque ninguno tuvo deberes más sagrados que cumplir
 
 Errores más graves que remediar, ni ofensas más justas que satisfacer
 
 Si la ignorancia de los gobernantes y la servidumbre de los gobernados fueron nuestros vencedores
 
 Acudamos a la ciencia, ese redentor que nos enseña a suavizar las tiranías de la naturaleza
 
 Acordémonos de la libertad, esa madre engendradora de hombres fuertes
 
 No hablo señores de esa ciencia momificada que va reduciéndose a polvo en nuestras universidades retrogradas
 
 Hablo de la ciencia robustecida con la sangre del siglo, de la ciencia con ideas de radio gigantesco
 
 De la ciencia que trasciende a juventud y sabe a miel de panales griegos
 
 De la ciencia positiva que en solo un siglo de aplicaciones industriales
 
 Ha producido más bienes en la humanidad, que milenios enteros de teología y metafísica
 
 Trescientos años ya que el indio rastrea en las capas inferiores de la civilización
 
 Siendo un hibrido con los vicios del bárbaro y sin las virtudes del europeo
 
 Enseñadle siquiera a leer y escribir y veréis si en un cuarto de siglo se levanta o no a la dignidad de hombre
 
 A vosotros maestros de escuela, toca galvanizar una raza que se adormece bajo la tiranía del juez de paz, del gobernador y del cura, esa trinidad embrutecedora del indio.
 
 ¿Por qué desalentarse? Nuestro clima, nuestro suelo ¿acaso son los últimos de la tierra?
 
 En este mundo no hay oro para adquirir las riquezas que debe producir una sola primavera del Perú.
 
 Acaso nuestro cerebro tiene la forma rudimentaria de los hotentotes.
 
 O nuestra carne fue amasada con el barro de Sodoma.
 
 Acaso nuestros pueblos de la sierra son hombres amodorrados, no estatuas petrificadas.
 
 Este trozo de su discurso fue el que más nombre le dio, fue el que recorrió todo el país como un grito jamás escuchado, conmoviendo todos los corazones en esos años en que la nacionalidad estaba consternada por la derrota, sus discursos en el ateneo y en el palacio de la exposición y su obra “Miguel Grau” son piezas literarias en el que campea el tono majestuoso y el variado juego de fraseología; en horas de lucha se presenta abrumador y mordaz, gran facilidad de palabra y gran fonia en las oraciones, Prada tuvo el don formidable de la expresión, cualquiera de sus frases es una sentencia, por eso sus opiniones y sus ideas pesaron tanto en el ánimo de la juventud, por eso sus críticas a la política , a los políticos, gobernantes, a los malos hombres del Perú que corrompieron y esclavizaron a su raza, son verdaderos castigos propinados en las espaldas de esas medianías, pocos hombres tuvieron en su pluma su mejor arma de defensa y de ataque, pocos la esgrimieron por causas tan justas, pocos la tuvieron más apta para expresar sus pensamientos, que temeridad la de Prada para decir por aquellos años, cuando en el Perú la libertad de pensamiento y de opinión era un vil juego de los regímenes, que atrevimiento para decir refiriéndose a la esclavitud del periodismo, cuando algunos de los inculpados aun vivían y tenían mucho poder oficial; los Vivanco, los Echenique, los Balta, los Pierolas y los Cáceres, fueron en la prensa del Perú como tiburones en el mar.
 
 MUSA HELENICA
 
 
 (poliritmo sin rima)
 
 Atronadora y rimbombante poesía castellana
 
 Tambor mayor en la orquesta de Píndaro y Homero
 
 Si poco arrullas a las almas, mucho asordas a los oídos
 
 
 
 En el espeso follaje de inútiles vocablos
 
 Brota pálida y sin jugo la fruta de la idea
 
 ¡oh, verbo de Cervantes, en tu vida empampanada!
 
 ¡Son gigantescas las hojas, enanos los racimos!
 
 
 
 Que legión de beocios, que falange de baturros
 
 ¿Qué cacofónico concierto de locuaces cacatúas?
 
 Reina lo cursi, lo vulgar y lo pedreste
 
 Desuella Marsias al divino Apolo
 
 Muerde a Pegaso el burro de Sileno
 
 
 
 Arte pagano, flor nativa de la Grecia
 
 Ven y surge en el erial de lo deforme y lo prosaico
 
 Ven y embalsama con tu aliento
 
 Las nauseabundas purulencias de la vida
 
 El mundo clama por el néctar de los dioses
 
 Pide un nuevo y glorioso renacer del paganismo
 
 Quien de sepulcros y de ruinas exhumara
 
 La sobria musa de Alceo, de Arquiloco y Hesíodo
 
 Quien desdeñando los pueriles cascabeles de la rima
 
 Reflejara en la acorde pulsación de los acentos
 
 El misterioso ritmo de los seres y las cosas
 
 Quien pudiera en sus arranques de olímpico entusiasmo
 
 Rasgar las vestiduras de la gótica barbarie
 
 Y colgar a tus hombros, oh moderna poesía
 
 La clámide ateniense.
 
 
 |