Laberinto mental

Has echado a correr la bolita en este laberinto mental, te gusta jugar y ver si esa bolita ha recorrido un tramo más. Entras al laberinto cada día, donde abres diferentes puertas, pero no estás solo acá.
Eres observado por más de un ser, y no tienen buenas intenciones. Te has descuidado porque crees que la vida es juego.
Y mientras más juegas, más se nubla tu mente. Al final del camino está tu corazón, “recuerda ahora, estás en un laberinto mental”.
Te observo en el silencio con cariño a pesar de que me has herido.
¿Qué es para ti sentir una emoción? Si pienso que no las sientes de verdad. Los sentimientos se diluyen entre tus dedos como arena que se lleva el viento.
En algún momento llegarás al final del laberinto, ¿estará tu corazón esperándote?
Por que mientras echaste a correr la bolita, perdías cada día tu vida. No te fijaste que esa bolita tenía un tinte rojo, y que tras de ella habían gotas de sangre, era el rastro de un corazón herido.