Los embarazos, partos y nacimientos en Citarea, se llevan a cabo sin ninguna complicación. Los niños gozan de buena alimentación y reciben la educación temprana necesaria para garantizar que sean buenos ciudadanos y útiles a su comunidad.

Poco antes de iniciar la EGB, los infantes son sometidos a una evaluación que determina su orientación vocacional. Los padres se ponen nerviosos, a pesar de que las estadísticas indican que son pocos los casos de cuidado.

Pero a veces sucede.

- Su hijo tiene dotes artísticas.

Al oír tal veredicto, los padres se lamentan. Algunos lloran o se rasgan las vestiduras.

- ¡No puede ser! Por favor, revisen bien. - Es la respuesta más común. A pesar de que se sabe que los resultados no admiten errores y que la sentencia es irrefutable.

Entonces, se le otorga a la familia del afectado, un mes de reflexión. Luego tendrán que decidir si se mudan todos o si sólo el niño será expulsado de la ciudad.

Sabiendo lo anterior, el turista pensará que en Citarea no existen las manifestaciones artísticas, pero se equivoca. Todas las obras de arte o sus réplicas y referencias están contenidas en la "Gran Biblioteca Histórica del Arte Total", a la que todos tienen acceso. Asimismo, en el centro y alrededores, cualquier persona puede disfrutar de diversas galerías, exposiciones, museos, recitales, conciertos y titiriteros. Las esculturas son cambiadas con frecuencia en los parques. Las paredes de la casa municipal y otras instituciones están adornadas con grandes murales. La música de cámara es exquisita, la ópera y algunas zarzuelas son proyectadas holográficamente. El sonido e imágenes de estos espectáculos son descritas por la mayoría del público como perfectas y sublimes. A los que no opinan igual, se les invita a otro espectáculo más apropiado y de acuerdo a su personalidad.

Con tales medidas, se consigue inspirar al ciudadano promedio para que se le ocurran ideas de innovación artística con las que alimenten a las máquinas. Estas procesan la información y buscan similitudes en su historial. Si la idea es nueva, la perfeccionan y la convierten en una obra maestra; en caso contrario, la desechan. El nombre del autor aparece en las letras pequeñas de los créditos de la obra. A estas mediocres ideas del ciudadano se les conoce como "ocurrencias". En general todas las ideas son bienvenidas, pero cuando alguien está muy ocurrente, se le prohíbe visitar cualquier muestra artística y se le confina durante una temporada. Nadie sabe a ciencia cierta cuantas ideas puede ingresar al sistema, pero confían en el algoritmo. De cualquier forma, tener muchas ocurrencias, sean innovadoras o no, es contraproducente, señalan los robots. El cerebro humano se ve seriamente afectado; su vida es tan corta que no debe ser desperdiciada con demasiadas ideas improductivas.

A los más ocurrentes, es decir, a los penalizados reincidentes, se les invita a salir de la ciudad. Muchos triunfan en el extranjero como grandes artistas, al igual que los que fueron expulsados siendo niños, pero a diferencia de estos, a los pocos años, se avergüenzan de sus obras y se suicidan.

Pese a que la información oficial lo niega, existen casos no documentados de ex-ciudadanos vivos que retornan a Citarea. Se les considera personas cultas y afables. En las cenas donde son invitados, escuchan los comentarios de los demás con atención, y cuando alguno de los comensales cuenta una nueva ocurrencia, la celebran, y nunca mencionan que a ellos eso ya se les había ocurrido antes. Callan y sonríen.