Te debo veintitrés cromosomas
mi mejor recuerdo de infancia,
nuestras clases de vuelo.

Te debo mi ineptitud en el fútbol,
la obesidad de mis chistes,
mi prematura licantropía.

Te debo las granadas en mi boca,
pero mis manos tendidas
también son tuyas.

Te debo un espejo satisfecho,
a nuestras princesas de cuento
y una reina que ahora cuido.

Te debo las huellas que marcan el camino,
este nudo en mi garganta
te debo mi nombre.

Te debo nuestra despedida,
todos los abrazos que no te di
pero que estoy ahorrando.

Porque es lo único que te voy a devolver
cuando nos volvamos a encontrar,
y le sumaré los intereses.

A mi padre.Te debo veintitrés cromosomas
mi mejor recuerdo de infancia,
nuestras clases de vuelo.

Te debo mi ineptitud en el fútbol,
la obesidad de mis chistes,
mi prematura licantropía.

Te debo las granadas en mi boca,
pero mis manos tendidas
también son tuyas.

Te debo un espejo satisfecho,
a nuestras princesas de cuento
y una reina que ahora cuido.

Te debo las huellas que marcan el camino,
este nudo en mi garganta
te debo mi nombre.

Te debo nuestra despedida,
todos los abrazos que no te di
pero que estoy ahorrando.

Porque es lo único que te voy a devolver
cuando nos volvamos a encontrar,
y le sumaré los intereses.

A mi padre.