|  Es una maratón de la falacia,un increíble engaño de los cielos.
 Esclavizarse a lo invisible y a la muerte,
 es un asesinato a todo el mundo.
 
 Vomité al momento de incluirme,
 rechacé el veneno tan divino,
 fallecí un instante por los ruegos,
 renegué del débil y el pecado, el pecado desmintió ser un asesino.
 
 No me condenaré por lo invisible,
 viviré lo más normal así con todos,
 y no lamentáré los hechos más reales,
 no rendiré yo cuentas a la nada.
 No crucificaré mi vida por los credos.
 
 Me alzaré triunfante de lo débil,
 será una muestra enorme, un elixir humanamente y solo humanamente tan divino]
 Así será infinitamente comprobado,
 que no se goza bien de lo gozado,
 si no es aquí en instantes realizado.
 
 Es la vida misma sola y sin agravios,
 sin la presión tan falsa de los muertos,
 de aquellos que no existen, que existieron,
 y se consolan hoy con lo postrero.
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