Hace un año y nueve meses empezó esto del coronavirus. Estes donde estes, esta el Covid. Todo cambio y se transformó desde ese primer día. Es de lo único que se habla. Escribo porque estoy vivo y porque me parece alguien tiene que hacer una cronología de lo que pasa.
Cada casa, cada persona tiene una historia. Son granitos de arena en la playa de la vida. No todos son agradables Algunas cosas están guardadas o archivadas. Ya es hora que salgan a la luz. Es mi visión y nada mas. Y presumo algunos no les va a gustar...como todo lo guardado.
El Covid dejó muchos muertos es cierto. Muchos infectados con consecuencias, es cierto. Pero hay muchas otras cosas más tenebrosas. El cambio global económico, la indiferencia en las calles con los necesitados. Miles de negocios cerrados.
En la Argentina nos equivocamos mucho. Nos encerramos cuando no había casos prácticamente y nos liberamos cuando habia 35.000 casos por día y 500 muertos. Hicimos fiestas, homenajes, conglomeraciones cuando no teniamos que hacerlo.
En mi caso tengo una librería y una imprenta en el microcentro. Fui desgastado por las restricciones. Por delante de mi negocio dejaron de pasar clientes y pasaban mendigos y cartoneros.
Nunca se vió una postal así.
Y no es que esta destruido Buenos Aires: El transporte, las calles y las plazas da hasta gusto recorrerlas como en un feriado. No hay gente, simplemente desaparecieron. Soledad.
Los negocios que no tiene cartel de Alquiler o venta, han sufrido roturas y robos. Se roban los bronces, los porteros eléctricos y hasta los medidores de agua.
Los que sobrevivimos, pagamos menos alquiler, menos impuestos y perdimos todos los ahorros que nos quedaban. Tendría que decirlo otro, pero el sacrificio y las cosas que hice en estos casi dos años fueron increibles.
Como no vendo en el negocio, llevo a domicilio. Mucho en la ciudad de Mercedes donde me conocen en las redes y tengo muchos amigos.
El internet resulto una herramienta util a usar en tiempos de pandemia. La familia y los amigos el soporte. Otro factor fue el no tener empleado. Hoy es casi imposible tenerlo, por el sueldo , por las cargas sociales y por los juicios.
Para circular necesitabamos permisos. Yo siempre tuve uno a mano. Te escaneaban. Te revisaban en las calles y terminales de trenes. Hoy que todo se va abriendo, me parece increible haber vivido esa pesadilla. Pero todo puede volver.
Solo que ahora ya estamos preparados.
No nos encierran mas.