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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / CARLOS MONZÓN, EL ASESINO DE SUSANA GIMENEZ

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El Relato Quesón que no fue…

Esto no ocurrió en la realidad pero podría haber ocurrido…

O quizás sí ocurrió, en una dimensión paralela o en una realidad alternativa a la nuestra…

Década del 70, la época en que Susana Giménez y Carlos Monzón constituían la gran pareja del mundo de la farándula, el deporte y el espectáculo. Ella estaba filmando el clásico cinematográfico “Los hombres solo piensan en eso” con los populares Alberto Olmedo y Jorge Porcel. Él era campeón mundial de boxeo vigente y no faltaba mucho para que peleara la que podía ser la última defensa del título. Juntos eran una pareja fogosa e intensa repleta de pasión y sexo.

Dicen que una noche, Susana regresó de esa filmación bastante tarde, algo que a Carlos no le hizo ninguna gracia, aunque era amigo de Olmedo, y él también tenía sus incursiones cinematográficas, siempre se ponía celoso. Carlos la estaba esperando semi desnudo, con los pies descalzos sobre una mesa, acostado en un sofá, tomando whisky

- ¿Qué paso, nena? – le preguntó Carlos - ¿Qué joraca paso, acaso, no te habrás cogido con Olmedo o con el gordo Porcel?

- ¿Porqué decís eso Carlos? Vos también podrías haberte cogido a todas las minas del Maipo o del Tabarís.

- Je, je, je, tenes razón piba, mejor cojamos, y dejemos de joder, te estaba esperando…

- Me imaginaba – dijo Susana - ¿Y esto?

Susana preguntó por un gran Queso, que estaba sobre una mesa ratona…

- Un regalo de los hinchas del boxeo, ja, ja, ¡Me encanta el Queso!

- Ya lo creo – dijo Susana - ¡No es un Queso! ¡Es un Quesón!

- Dejate de hablar boludeces piba, y cojamos.



En ese momento Carlos extendió sus pies sobre el rostro de Susana, y esta empezó a oler, chupar, besar y lamer los pies del boxeador, la planta entera de cada pie, dedo por dedo, así por largo rato, los pies de Carlos Monzón olían a Queso, tenían un olor muy fuerte, tras el juego de los pies, el boxeador, como una fiera salvaje se tiró sobre Susana, y como un búfalo en celo, la penetró en forma salvaje, era precisamente como le gustaba a la popular actriz, se podría decir que la cogida fue de tal magnitud que la partió como un Queso.

Susana siempre quería más, nunca se cansaba ni se rendía, y le tocó el culo a Carlos, y otra vez le chupó los pies, así el boxeador, por algo le apodaban el Macho, pudo reponerse y cargar energías, para otra vez penetrarla con furia y salvajismo… Los dos quedaron satisfechos, y aunque tenían ganas de más, mejor dejarlo ahí…

- No creo que Olmedo te haya cogido así, Susana – le dijo Carlos.

- No creas, sabe coger muy bien – le contestó Susana.

- ¿Entonces admitís que cogiste con el? ¡Yo eso no lo soporto! – gritó de furia Carlos Monzón, agarrando la botella de whisky, y rompiéndola sobre la mesa - ¡Vos no me haces cornudo! – gritó de furia otra vez Carlos Monzón, y entonces agarró el Queso que había sobre la mesa, y se lo tiró encima a Susana.

La furia con la que Carlos tiró el Queso fue de tal magnitud, que el quesazo volteó a Susana que quedó tendida sobre el piso, cuando se levantó empezó a gritar:

- ¡Hijo de puta! ¡Me tiraste un Queso! ¡Esta me la vas a pagar!- y Susana Giménez entonces agarró el cuchillo, un enorme cuchillo - ¡Te voy a apuñalar como en La Mary! ¡Ahora vas a ver Carlos Monzón! ¡Te dirán el Macho, pero vas a ser el Macho asesinado por una mujer!



Enfurecida Susana Giménez, cuchillo en mano, se acercó al boxeador y le lanzó una puñalada, pero Carlos Monzón, con la habilidad propia del boxeo, y con guantes de boxeador, logró esquivar el ataque, y le dio una feroz piña a Susana Giménez, el golpe fue tal, que Susana cayo al piso, y dejó caer el cuchillo al suelo, cuando Susana regresó en sí tras recibir aquella brutal piña, vio que Carlos Monzón estaba sobre ella, cuchillo en mano, estaba sobre ella, y blandió entonces el cuchillo y la apuñalo salvajemente, una cuchillada tras otra….

- Quería hacer esto desde los tiempos de La Mary, vos me acuchillaste en el cine, yo te acuchilló en la realidad, nena.

Fueron dos o tres decenas de cuchillazos, hasta que Carlos Monzón agarró el Queso y lo tiró sobre el cadáver de Susana Giménez.

- Queso – dijo Carlos Monzón, mientras contemplaba el cadáver de Susana Giménez – podrían decirme Carlos Quesón a partir de ahora, en vez de Monzón, ja, ja.

Seguramente este asesinato hubiera conmocionado a la opinión pública de entonces, y hechos que sucedieron más de una década después, como el arresto y la condena de Carlos Monzón se hubieran adelantado en el tiempo, quizás no cabe duda que en su destino estaba convertirse en asesino de mujeres. Quizás en ese tiempo, como era un héroe nacional, y gobernaban los militares genocidas lo hubiesen salvado, no sabemos, por eso este es el Relato Quesón que no fue, pero pudo haber sido, o quizás sí fue en alguna dimensión paralela o en una realidad alternativa.

Texto agregado el 30-12-2021, y leído por 97 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
30-12-2021 QUE SOfocante QUE SOlamente hables de quesos. Deseo QUE SOmetas tu pluma a otros temas. eRRe
 
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