Llego el dia que te diste cuenta que todo era mentira. No necesitaste del virus. Ya lo sabias. Mientras ella te mandaba conmovedores e insinuantes mensajes por whatsapp, vos observaste de la vereda de enfrente como fue engatusando a cada hombre . Sin remordimiento. Sin distincion. Sin culpa.
Y contagiabas porque ellos luego rogaban enfermarse. Llevaban chocolates, flores o crucifijos, todo valía. Y los calmabas un rato. Luego el virus regresaba vestido de pasión y se desesperaban rogando por vos... Dejaste cicatrices. Dejaste recuerdos imposibles de borrar. Por eso no le temo al covid. Tu amor es peor.