Los planetas no conspiran
contra el destino de los hombres,
cuando el amor está retrógrado
no tienen la culpa Júpiter, Urano y Plutón.

El corazón se enfría en invierno
y vuelve a calentarse en verano,
en otoño se rompen lazos de amor
así estemos durmiendo en la misma cama
seremos indiferentes a la carne.

En el equinoccio a las niñas
se les ensucia la sangre
manchan una vez el panty blanco
y seguirán manchando cada fin de mes
sus tangas diminutas.

En el solsticio ya habrán probado la carne
la probarán hasta el sufrimiento
pero el sol no tendrá la culpa
de sus tristezas y desengaños.

Muchos lloran de amor
otros beben ron
y se marchan bien lejos
saben que el amor no es para siempre.

Me acuerdo de los caballos
en la hacienda de mi abuelo
relinchando con furia
después de copular.
A la mente del mayordomo
acudían bellos recuerdos
de un pasado que ya no es posible.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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