Mientras todo parece fluir, la lluvia cae sobre la tierra que se descompone lentamente, convirtiendo en fango resbaladizo el lugar donde mis pies se mantenían firmes.

El agua corre más allá de ríos, de mares y nubes, envolviendo todo aquello que quería, que amaba, que necesitaba... arrastrándolo con la corriente que todo se lleva y nunca retorna.

Al día siguiente, sale el Sol, simplemente renace de nuevo, como cada día, tarde o temprano todo se vuelve a iluminar mientras la presión desaparece, los recuerdos que se amontonaban encima tuyo haciendo que respirar fuera un tormento ya no estén...

Ni estarán,

Hasta el año que viene...
Hasta que pueda recordar...
Hasta...