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Nuestra familia parte 23

Un mes después, los dos jóvenes estaban afuera del registro civil esperando la hora para poderse casar. Los invitados era Gaby y Ramiro. No podía faltar Clara y por supuesto fue Gabino para acompañar a su amigo. Nuria llamó a su amiga de universidad, Verónica, pero nunca le contestó el teléfono.
El juez hizo lo propio mientras que la pareja estaba tomada de la mano y muy nerviosa. Los testigos fueron Clara y Gaby.
Los novios firmaron el acta. Por bienes separados, era lo mejor, cada quien lo suyo.
La pareja por fin estaba casada. Tuvieron una pequeña comida en la casa de la nueva pareja. Nuria estaba triste porque su familia no estaba con ella. Un par de amigas de la universidad la acompañaron en la comida.

Mientras que Nuria la pasaba bien con su matrimonio, Gonzalo no la pasaba nada bien con su mamá.
Para terminar de rematar, Omar alojó en su casa a Melisa, la hija de su hermana. Una niña malcriada y grosera que terminó por separar a la que se suponía era una pareja Gonzalo y Omar.
Melisa se instaló en el cuarto junto con Julieta. La madre de Gonzalo no decía nada porque no era su casa, se sentía incómoda estar de arrimada con alguien a quien no conocía, pero con el paso del tiempo, Julieta se fue apoderando de lo que no era suyo y eso le trajo muchos problemas a Gonzalo con Omar.
Julieta siempre fue muy distraída, una mujer que no ponía atención a lo que decía. Era muy despistada. Con el paso del tiempo, Julieta comenzó a hacer uso de la cocina como si fuera suya. Cuando vivían todos juntos como familia, la abuela Crisanta no bajaba al departamento de Julieta porque decía que estaba muy sucia la casa. Y es que Julieta es muy desordenada, en cambio, la abuela Crisanta era reina del orden. Tenía una obsesión por la limpieza lo que provocaba que tuviera problemas con su hija.
Julieta comenzó a hacer la comida en casa de Omar. Dejaba toda la casa en desorden, dejaba su ropa en la sala, la cocina comenzó a estar llena de cochambre, los trastos ya no estaban en su lugar.
Julieta tenía la falsa idea de que entre más comida preparas, mejor alimentados están tus hijos. El amor de madre la tenía cegada y hacía demasiada comida por ello Gonzalo y Nuria sufrían de sobrepeso y en caso de no terminarse toda la comida, Julieta se enojaba, el chantaje emocional era parte de la dinámica familiar.
Omar comenzó a molestarse al darse cuenta de que su casa ya no era la misma. Ya no estaba tan ordenada como antes.
Gonzalo llegaba a las tres de la tarde de trabajar, Julieta le insistió solamente trabajar medio tiempo para estar con ella en la casa y eso fue siempre. Melisa para hacer enojar al “Amigo” de su tío, comenzó a usar la cama de Gonzalo. Veía la televisión, jugaba y brincaba sobre la cama.
-Óyeme ¡bájate de mi cama! – le reclama Gonzalo.
-No, es tu cama – respondió la niña.
-Pero….
En ese momento comenzó a recordar cuando él usaba la cama de su hermana para ver la televisión o el día que brincó en la cama como un chamaquito malcriado igual que Melisa.
Sintió rabia, pero se la aguantó, no tenían a dónde ir. Molesto, le comentó a Omar la actitud de la niña, Omar dijo que eso era cosas de niñas.

Continuará…

Texto agregado el 14-05-2022, y leído por 35 visitantes. (0 votos)


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