Somos una familia parte 14

Oscar siempre fue un joven solitario. La mala relación con su padre era evidente. Alejandro se había ido de la casa cuando Oscar había entrado a la universidad. Con ello, su relación era más distante que antes. Alejandro iba poco a la casa con su hijo, lo único que hacía era depositarle dinero en su tarjeta para que solventara sus gastos diarios. Cuando vio la familia de Israel comenzó a sentir mariposas en la barriga cuando estaba con su amigo. Hay cosas que nunca dejaron claras cuando iniciaron el trio sexual, los sentimientos.
Oscar estaba confundido, estaba enamorado de su novia y de Israel.
El grupo presentó el extraordinario de farmacología que no fue aplicado por medina. Lo aplicó la otra maestra, Rosario Martínez. Los jóvenes notaron que era un examen menos complejo y con preguntas de opción múltiple.
Israel estaba preocupado por el examen y estudió muy bien para no tener fallas.
El miércoles recibieron lo resultados, la mayoría había sacado más de nueve en el examen, lo que significado que habían aprobado la materia.
Dos semanas después de haber realizado el examen y no tener ninguna deuda con la escuela, Oscar le hizo una propuesta Israel.
Saliendo del cine le dijo;
-Amigo. Lo hablé con ella y dijo que no había ningún problema.
- ¿Qué pasa?
-Quiero que me hagas el amor.
-Pues eso hacemos ¿no? – Israel dijo.
-No me estás entendiendo. Quiero que tú y yo estemos solos en la cama – le propuso Oscar.
- ¿De qué se trata?
-Está claro – Francis le dijo a su amigo – yo no tengo ningún problema con que ustedes dos cojan.
Esa misma semana se vieron en un hotel que les quedara lejos de la casa de cada uno de ellos. Oscar entró a recepción y pidió una habitación. Pagó en efectivo, le dieron la llave, subieron por el elevador y entraron a la habitación.
El primero en entrar al baño para hacer su limpieza correspondiente fue Oscar. Israel se quitó la ropa y esperó a que su amigo saliera del baño. Hizo lo mismo, y los dos pasaron a la cama.
- ¿Ahora qué? – preguntó Oscar.
-Calla y aprende – Israel se puso encima de él y comenzó a besarlo.
Sus cuerpos estaban juntos, Israel hacía movimientos con la cadera y acariciaba todo lo que podía con sus manos. Pasaron al sillón rojo. Oscar se inclinó e Israel de pie, lo penetró.
Después de más de treinta minutos, Israel tuvo su primer orgasmo.
-Ya – dijo – aprieta - Israel le indicó a Oscar.
Oscar hizo lo que le pidieron. Esa sensación de explosión, pero continuaba aquella firmeza viril. Oscar había aprendido muy bien cómo retener la eyaculación y mantener la erección.
-No estoy listo, te quiero dar más – le decía Israel.
-Está bien – ya con la falta de aire – yo te espero – Oscar comenzaba a tener las piernas entumidas de tantos espasmos – te quiero disfrutar más adentro.
Un rato más jadeando, los dos explotaron juntos. Recostados en el sillón, Oscar sentía entre sus nalgas el aún miembro duro de Israel. El joven estando arriba de Oscar, no dejó de acariciar su espalda, besar su cuello y orejas.
Los dos amigos repitieron la experiencia, follaron de nuevo, pero ahora enfrente de ella. Se fueron a un hotel en el que Francis se tocaba mientras los dos hombres follaban en la cama frente a ella. Era como ver porno en vivo.
Oscar e Israel reafirmaban en secreto lo que el uno sentía por el otro. Pero ninguno de los dos se atrevía a aceptarlo.
Las vacaciones estaban por terminar cuando se presentaron en la escuela para reincidirse al sexto semestre. Tenían la fiel esperanza de que Medina no les volviera a dar clases. Su oficina lucía desocupada, pensaban que lo habían corrido.
Les entregaron su tira de materia entre las que estaban terapéutica médica, psicología médica, fisiopatología general e introducción a la clínica, la última no tenía el nombre del profesor.
El primer día de clase la tuvieron en el hospital general norte. Estaban a la interrogativa del maestro que venía en el horario. Comenzaría una nueva etapa para ellos, sería el ciclo clínico. Lo que significaba entrar a zona de hospital y tener su primer contacto con pacientes. Israel tenía mucho miedo de equivocarse y de fallarle a sus padres, pero eso jamás pasaría.
Esperando afuera del edificio de educación, Alan les dio la mala noticia.
-Amigos, ya sé quién nos dará introducción a la clínica – Alan les dijo a sus compañeros afuera en el patio del hospital.
- ¿Quién? pregunta Joaquín.
-Ya hablé con él y nos quiere ver en veinte minutos en el salón catorce.
-Ya, dinos – Francis dijo.
-Héctor Medina – soltó Alan.
- ¿Otra vez ese hijo de puta? – gritó Oscar.
-Cálmate, Oscar – Israel lo tomó del hombro – estamos en un hospital.
-Ese cabrón no tiene límites.
-Lo sé, pero no tenemos opción. Así que aprovechen para desayunar porque tenemos cinco horas con él tres veces a la semana.
Fue un golpe al hígado lo que les estaba pasando.
Todos estaban en el salón cuando lo vieron entrar.

Continuará…