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¡La Gran Ciudad! La majestuosa Ciudad de México, antes Distrito Federal.
Todos los poblanos queriendo vivir ese sueño de aventura y fiesta nocturna, llegamos aquí buscando un poco de desestrés, pero terminamos perdiéndonos entre la locura de su gente y su vivir acelerado, su comida es riquísima llena de calorías, el aire contaminado y el ruido simplemente no se encuentran en otro lado.
El metro a tope en horas pico hace desear no vivir aquí, pero los aviones despegando o aterrizando simplemente me recuerdan que todo es posible.

Los ríos de autos todos los días parecen interminables, pero sin esto no sería la ciudad, millones de habitantes en un mismo sitio y mismo lugar; compartiendo sueños, esperanzas, ilusiones...

Las mejores escuelas están en el DF, decía mi papá, los grandes y no tan grandes corporativos pero que tienen presencia también están aquí; el corazón del país es esta ciudad, que hace vibrar con sus conciertos y eventos de cualquier tipo, El Palacio de las Bellas Artes en toda su expresión, una cerveza en Garibaldi, el cafecito en Polanco, salir con los amigos a la Pink Zone, jajaja la Zona Rosa turbia y terminar comiendo ¡tacos al pastor!

Llegué un 31 de mayo hace 7 años, con el asombro de sólo mirar a la gente y su caminar a prisa.
¡Todos corren! ¡Yo también corro! No sea que hay un altercado y yo ni en cuenta. ¡Ja! No había nada, es su día a día, aquí no alcanza el tiempo para hacerlo todo.

Poco a poco me fui acostumbrando a mi nueva vida, sola. Aunque realmente nunca lo he estado, quizás sólo el primer día de trabajo, pero eso es otro cuento.

Beto era al que quería sorprender con mi valentía de ser independiente en una ciudad desconocida, que notara que soy una mujer madura, responsable e inteligente, y que me eligiera para ser su novia. Fue mi primer deseo que se convirtió en mi mayor anhelo, hoy mi imposible, difícil de alcanzar, como cuando se quiere tocar una estrella, eso jamás sucederá.

Quedamos de encontrarnos el 31 de diciembre a las 8pm para festejar el fin e inicio de Año Nuevo.
El plan era cenar algo rico e ir a bailar (sólo él y yo en el último día del año, una hermosa coincidencia porque justo esa fecha fue a mitad de semana y debíamos trabajar el 2 de enero por lo que no pudimos regresar a Puebla con nuestras familias). Tengo grabado ese recuerdo desde aquel día.

En la Zona Rosa sin reservación buscando algún lugar donde cenar y festejar a las 9 de la noche fue la más grande odisea que no olvidaré jamás.
Nadie tenía espacio, nos vieron con sus caras de desencajados y simplemente nos ignoraron.
Caminamos y caminamos y caminamos.
Nadie nos recibía, - ¡Tenemos dinero! Decía Beto, jajajaja nadie tuvo espacio.
La felicidad en el aire y nosotros con hambre.
Sólo Sanborns nos recibió, en una fila enorme para llegar a una mesa nos dimos el abrazo de Año Nuevo y no hubo beso.

Cenamos la cena de Nochebuena y brindamos con refresco, pero estuvimos juntos, platicando, riendo, compartiendo, bailamos hasta cansarnos en el barcito de enfrente y terminamos en tu departamento, me besaste, te besé, me enganché a tu cuerpo otra vez.

Estoy enamorada de ti, sigo enamorada de ti, no dejo de pensar en ti… ¡maldita obsesión que adoro sentir!

No te hago vibrar como tú lo haces conmigo, no sientes las mariposas y el corazón a mil cada vez que tus ojos miran los míos, es algo que no podré cambiar jamás y es lo más que puedo desear.

He aprendido a vivir con eso, ¡miento! Sólo me he alejado de ti para no sentir que muero de amor por dentro.

Los fuegos artificiales y todo el show son asombrosos para la última noche del año en el Ángel de la Independencia, la fiesta y la alegría de la gente contagia a todos.
El olor del ponche de frutas, las doce uvas y el vino jamás faltarán para decir ¡Feliz Año Nuevo!

El 1° de enero en la casa de Toño comimos pozole, y cuando se tornó la tarde nos despedimos así sin más que un solo cuídate y nos vemos luego! Palabras que cortan el corazón como un trozo de mantequilla a pleno hervor.

Todo pudo pasar ese último día del año, pero ¡no!
Esa noche se escribió para mí, las estrellas se alinearon en complot para tenerte conmigo todo completito, un par de horas fue suficiente para ser feliz y para que vivas en mi memoria como el más dulce recuerdo de aventura por el resto de mis días.

Humberto R tenía que ser.

Texto agregado el 26-12-2022, y leído por 135 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
27-12-2022 Tu relato es muy ameno. Me gusta cómo ella describe lo que le pasa al estar con él. IGnus
 
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