| Encontré en tus ojos lo que mi interior escucha:Un soplido tempestuoso y cálido,
 Que rompe el caparazón de mi agua,
 Y deja escurrir las dudas que dibujaron las heridas.
 
 Tú no puedes ver
 El duelo azul que llevo adentro
 Pero estás ahí,
 Callada e imperturbable como una gata,
 Entre mi deseo y la libertad,
 Entre la canción animal
 Y el silencio celestial
 Que resuenan cuando te recuerdo
 En mi primer y último pensamiento cotidiano.
 
 Combato porque te elijo
 Y sin la determinación de un guerrero
 No podré cuidarte en la derrota
 Hasta el final del final.
 
 He oído que no hay belleza sin fuerza,
 Y al verte sonreír comprobé que era verdad,
 Así que amasé las fotos que te hice con la memoria,
 Las transformé en una semilla
 Y la sembré en la parcela más fértil de mi pluma
 
 El bosque que te escribo
 Escucha tu canto en mi más profundo pensamiento,
 Y, al ver mi angustia
 Y mi celoso deseo de aferrarte a mi dominio,
 El follaje responde al soplido,
 Me da una nueva lección,
 Me hace más fiero y sereno.
 
 Entre las bestias del bosque,
 Mientras más me aprendo,
 Más te quiero,
 Y aunque aún pueda perderte,
 Siento cada vez menos miedo
 Porque existes, porque ya nos encontramos,
 Porque gracias a tu presencia
 Entiendo que todas las hojas son del viento.
 
 Y si él quiere,
 Seguiremos corriendo juntos;
 Y si no,
 Gracias.
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