Ahora que el tiempo transcurre por los bordes
ausente de perfiles enlazados
escudriñando rincones atemporales
siento que soy tantos instantes…
días, meses, años
un ir y volver de espejos
un quejido de cicatriz
un instante y quizás una eternidad.

Sol de primavera
viento de otoño
una tarde en el jardín
una noche de luna llena.

Tus pupilas colgadas de las mías
van descubriendo los intentos
escondidos en las siluetas del silencio
mientras una falsa pintura de poeta
va deletreando sus miedos tras los versos.

Murmullo del alba y del crepúsculo
remanso nocturno flotando en las alas del aliento
pero sobre todo tu amor
que se cuela cual fiebre entre los dos.

Entre tus gestos y su profundo verdor
algo se va muriendo
y algo va naciendo
envuelto en la blanca memoria de sabanas
y cubierto de colores como jardín francés.

Llegaste a mi vida despertando olvidos
llenando gradas vacías sin ostentación
pero fundando los lugares
que poblaron mi horizonte

Mis orillas comenzaron a rayar ternura
abrí mis ojos al universo de tu quietud
a la dulce sonrisa que acarició mi cuerpo
y al sosiego de la eterna compañía.

y sobre todo tu amor
fuerte como la fé más profunda
lleno de luz como tu palpitar
incansable como la vejez
que nos lame día tras día.

En todas mis esquinas apareces tu
farol de noches sin luna
canto embrujado de sirena nocturna
que me hace olvidar mis mares en tormenta.

Que me importan los signos de la vida
si tu estas invadiendo cada reflejo de historia
que importa que arroje las cuerdas
y me sumerja en el sonido de tu canto
que va y viene cada vez que te miro…

Pero sobre todo tu amor.