| La oscuridad se cierne sobre mis hombrosLa voz jadeante de quien persigue a su presa,
 Resuena en mis oídos, como
 Un eco ensordecedor, metálico,
 Seco, constante, golpeteando mi cráneo.
 
 Lo miro a los ojos, me devuelve la mirada, supone un
 Carácter duro, la imagen de quien no reflexiona sobre lo que va a realizar,
 Sangre derramada sobre sus manos
 Caída desde mi cuello degollado
 
 Y respiro profundo, aparezco entre tóxicas nubes,
 Grises, ásperas, amenazantes.
 No siento el dolor, no siento la angustia y me siento más muerto que nunca.
 Sueño con despertar y volver a ver, a sentir, a odiar, a amar.
 |