Hay historias que empiezan
con un beso
otras empiezan con miradas
la nuestra empezó sin dudas.

En una servilleta pequeña
te escribí un poema de letras apretadas
a falta de papel
buena habría sido tu piel.

Esta historia comenzó
de una manera muy singular
tú no te cansabas de mirar
a la puerta y a tu celular.

Yo no me cansaba de mirarte
de repente se encontraban nuestras miradas
tú sin saber porqué te sonrojabas
yo sabía que pronto iba a besarte.

Como nunca había besado a nadie
primero besé tu alma
así inicié nuestro bello amor
después te besé en los labios.

Te entregué el poema
ya hecho realidad
te abracé con suavidad
y sentí el aroma de tu alma.

Sin ningún temor
me dijiste abrázame fuerte
ante tu clamor de amor
te abracé y alabé mi suerte.