Montevideo, la ciudad que me recibe y me hace recordar tanto a mi propia ciudad. No entiendo como carajos me puedo sentir tan bien con este sentimiento del regreso postergado casi indefinidamente. Pero me siento bien, me gusta el frio y el poco sol, a pesar de que por momentos siento que me voy a congelar, pero solo por momentos.

En Uruguay, parece que la frase de orden es "regulación responsable". Cualquiera creería que acá todo está permitido, por supuesto que no es así, pero todo parece estar regulado y no prohíbido: casinos, prostitutas, locales de apuestas, sexshops, cines porno, incluso la marihuana.

Trabajadores en paro, exigiendo mejoras salariales, o lo que se les venga en gana. Carteles por acá y allá, a favor o en contra de una ley, opiniones encontradas. Sin multitudes enardecidas que les llamen escoria, ni policía y ejército que reprima a los manifestantes. Es mi nuevo día a día, un mundo completamente distinto, yo no tengo nada por qué protestar, pero me encanta poder ver protestar a otros. Recuerdo las marchas del 1ro de Mayo para bendecir los despidos (nos deja sin trabajo, que viva el PCC!!!) y me doy cuenta de que es lo que me gusta tanto de Montevideo, que se respira libertad.