Las mil caras de la realidad covergen entre los espejos del museo de los horrores, la apatía incinera con llamas heladas los terrenos otrora limpios de cenizas y veneno.
Las nubes tapan el sol y cubren el mundo separando lo más puro de la inmundicia que recorre las calles de cualquier lugar de esta sociedad.
Me pregunto en qué momento nuestra voz cambia, en qué momento la crisálida de la inocencia se deja atrás y nos convertimos en la mierda que somos, en que momento las palabras pierden su significado hasta no ser más que cumplidos vacíos de emociones vividas hace demasiado tiempo y que no son nuestras.
Mientras mi ansiedad renace, las luciérnagas mueren, su luz desaparece entre los pasos sin sentido de una muchedumbre que no es más que el reflejo de un rebaño que dejó su humanidad olvidada...
Quien coño escribe la historia, quien coño se cree con la potestad de santificar con letras de sangre y vísceras la realidad que solo su lateralidad entiende por correcto en un mundo con tantas miradas, en un mundo con tanta y tanta miseria, en un mundo en el cual siento que no tengo lugar alguno.
Siempre son las circunstancias, siempre las putas circunstancias, siempre es mi puta locura.
Felicidad, tristeza o rabia se pueden intuir en unas breves líneas, en estas breves lineas, consiguiendo que esas efímeras sensaciones sean fáciles de interpretar, de percibir, incluso los más miopes cerebrales serian capaces de notarlas, mientras... Mientras la ambrosía rancia de su ego refleja la grotesca imagen de su interior sobre una laguna de barro y bilis sin poder distinguir lo que realmente son.
Mi belleza, mi locura...
La visión, la interpretación de unos genitales que solo sirven para hacer sombra y mancharse de mierda... ahí radica la verdadera belleza. la mirada más allá de lo que se percibe, de lo convencional, de lo incomprendido e irracional de mi mente, de mi desvarío que me introduce, que me lanza hacia la jauría de mis actos, hacia mi propio ser tan perfectamente imperfecto.
Me quedo parado sin comprender absolutamente nada de lo que me rodea aún siendo parte de ello, como cuando era niño, como cuando dejé de buscar el sol por el simple hecho de que encontré mi sombra...
Como cuando era niño y comencé a perder y perder.
y sigo sin comprender, puede que no debería estar aquí, puede...
Y sigo perdiendo y no sé si es posible perder aún más.
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