Lo pase a buscar por su casa. Era una rutina de los sábados al mediodía. Generalmente era ese día, aunque a veces podíamos cambiar. Para él era lo mismo. No diferenciaba un día del otro.
Llegué a las 12 hs, toqué el timbre y ahí salió. Sus piernas se arrastraban, un suéter gris con vivos indígenas abrigaba una tarde otoñal y su jean arrugado, viejo y hasta medio sucio. Se acerca junto a la reja que lo separaba de la vereda. Mientras me ve, se sonríe. Una señal de recuerdo. Sale. Nos saludamos. Insiste con un acompañamiento de su mujer que por enésima vez le dice que no y ahí, emprendemos una caminata que nos llevará a destino final. Las tres carabelas. Una pizzería que queda en Boedo y Acevedo.
Nos sentamos en la mesa de siempre. La que le gusta a él. La que da justo al televisor. La moza toma nuestro pedido y se lleva algún comentario que le saca una sonrisa. Un piropo al alma. Ella lo sabe y se deja.
- sube la inflación en argentina. El INDEC informo 3,5 %. - así empezó su relato mientras cortaba la milanesa napolitana que estaba en su plato.
- Cristina se reúne con Kicillof para unirse en las elecciones. - al levantar la vista declaraba.
- pa, ¿cómo estás? ¿Qué hiciste ayer?- le pregunté para saber que es de su vida.
- Boca recibe a Banfield mientras define su nuevo entrenador.- fue su respuesta.
- si, el entrenador renunció y ahora tienen que definir su reemplazante.- le seguía la conversación mientras sus ojos perdidos se posaban en la tele, que cambiaba drásticamente de noticia.
- el lunes empieza un nuevo blanqueo.- seguía comentando.
El puré desaparecía junto a su milanesa. En mí plato los cubiertos ya estaban cruzados mientras intentaba una mini conversación. A cada pregunta, una lectura de los titulares del noticiero. Eso sí, sus ojos perdidos, llorosos y una lectura avisa en vos alta.
La moza, que esperaba una señal, era protagonista del relator de los graft. El relator de la realidad.
Pedimos la cuenta, luego de un helado de postre y emprendimos la caminata de regreso.
Al llegar nos despedimos, hasta la semana que viene, hasta su próxima caminata y hasta la próxima realidad. Su única realidad posible.