Un mensaje del Creador
Como en mis veinte, cuando mi metabolismo era galopante como un caballo fino y toda mi arquitectura seguía en su sitio, me encontraba pasándola por la universidad. Y al decir "pasándola", quiero decir pasándola bien: cantando,
reuniéndome con amigos, aprendiendo habilidades de líder.
Recuerdo que, en uno de esos ejercicios de búsqueda de amor, divisé desde mi trinchera a una hermosa chica,
delgada como un antílope, con piel de miel y agua,
delicada al caminar y con el cabello camuflado de oro anaranjado.
Quizá los recuerdos la hacen más bella de lo que fue en realidad.
Entró a la cafetería y se sentó. Me acerqué, decidido a hablarle.
—Hola, estamos en la clase de ..., ¿me permites invitarte un café mientras esperamos la hora de entrar al aula?
—Sí —asintió con tranquilidad.
Me senté frente a ella, al otro lado de la pequeña mesa. No recuerdo mi guion,
solo esto permanece en mi memoria:
—¿Y qué libro estás leyendo?
—La Biblia —me respondió. Eso me dejó desencajado, sin armas.
¿Cómo una chica como ella estaría leyendo la Biblia? Debe ser una trampa, pensé.
—¿Y qué tiene la Biblia para mí?
—Josué 1:9 —sacó su celular y leyó:
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."
Sus palabras se fijaron en mi mente. Me aprendí el versículo de memoria.
Al final, ella hizo amistad con un gerente, y yo me comí los chocolates que él le mandaba.
Después, dejó de hablarme y simplemente quedó en el olvido.
Realmente no era muy evangélica. Era una chica normal, con muchas incomprensiones.
Pero ese versículo vendría a ser parte de mi vida.
Ese mensaje no vino de una iglesia, ni de un predicador.
Vino de alguien lleno de errores, en una situación casual,
con las ansias de conquista y aventura de alguien joven.
Ahora que lo pienso mejor…
ese mensaje vino del Creador.
Josue 1:19.-"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas."
|