Dedicado a Mujer diosa.
Nunca se pierde la esperanza, nunca fue perdida;
en aquellas largas noches, en aquel tren,
tú voz nos devolvía a la realidad,
el sueño que se desvanecería ante el porvenir,
en aquel tiempo irreverente que era tan necesario,
en aquella cordura al limite con su altanera rebeldía,
era preciso que algo cámbiese y que todo siguiera igual,
en las sombras se fraguaba una previsible revolución,
trás ver la vida desde el precipicio y no haber caído,
sabiendo que la vigilancia siempre cuidaba lo normal,
que más allá de nuestra historia ya había una anterior,
un mito prefabricado para salvaguardar la esperanza,
un destino predestinado que paciente supo esperar,
la vez de esa esperanzada diosa que nos vigilaba paciente,
voz de una consciencia que supo cuando despertarnos,
es esa voz que nos dejaba dormir siempre un poco más,
pero fue preciso desadormecer y enfrentar el destino;
no sé puede estar siempre soñando,
la vida nos espera a la vuelta de la esquina.
JIJCL, 28 de mayo de 2025
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