Arrojo los recuerdos sobre las nubes grises,
murmuro en silencio por si me despeño,
me arrastro errante como un mar eterno;
sé que seré una sombra, no hace falta que me avises.
Tengo los hombros altos,
y la soledad veraneando,
por eso no me espanto
aunque me estén aplastando.
Las pisadas son lo único que voy dejando
antes de descender los peldaños.
Texto agregado el 10-06-2025, y leído por 30
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
11-06-2025
.uy buen poema.
Me encantó
Saludos
Victoria 6236013
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