El desayuno

El mozo se acercó con mucho respeto y preguntó:
—¿Pastor Cash, qué va a desayunar?
—Yo quisiera un café sin azúcar, un tamal verde y un pan.
—¿Nada más, pastor? Tenemos un gran menú pensado en usted. Apreciamos su visita, pida lo que quiera.
—Muchas gracias, pero por ahora esto está bien.
—Ok. Es muy sabio usted.

Entonces el mozo trajo un café, un tamal y un pan.
—Para usted, pastor. Que lo disfrute, y que Dios lo bendiga.
—Que Dios te bendiga a ti también.

Para el sabio Pastor Cash, que Dios lo bendiga grandemente.