Cuando la poesía necesita ser explicada, entonces no es poesía.
Lucila Nogueira.
Mi poesía juega con las palabras y no con los sentidos,
sin el dogmatismo de un serio diccionario embaucador,
entre alegorías, metáforas, dobles sentidos o antítesis,
con aquella etimología que viaja a través de los tiempos,
en la palabra que cobra sentido cuando tú la despiertas
en el abstracto surreal que no necesita más explicación,
sin los vocablos que precisen bien lo que quiero decir,
la forma natural de las palabras es un biunívoco camino,
un encuentro casual entre realidades no tan distantes,
entre un yo ávido de significados y uno desconcertado,
en la exégesis que no busca ni preguntas ni respuestas,
el sereno delirio para una ensoñación que nos redime,
las celebradas catarsis de un letrado rompecabezas,
de palabras que sin decir nada nos avivan nuestra fé,
la esperanza antes el desasosiego de un inutil mito,
una verdad que ya no nos convence como al principio,
el sueño que se nos escapó en un ingrato amanecer.
Mi poesía no quiere decir nada, solo quiere decirlo.
JIJCL, 14 de junio de 2025.
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