Sueño profundo.

A penas ha llegado la noche cuando mis ojos comienzan lentamente a cerrarse, el sueño se ha adueñado de mí y aunque no quiera, ha llegado la hora de dormir.
Poco a poco mi mente se va convirtiendo en un laberinto donde la salida es incierta, imposible de alcanzarla y corro de un lugar a otro desesperándome al no encontrarla, pero pronto estoy en otro sitio, ni siquiera sé dónde, aunque me parece conocido sin poder identificarlo verdaderamente y veo personas, algunas muy queridas que ya no están en esta vida, pero tan reales que puedo hablar con ellas y escuchar como ellas también lo hacen a pesar de saber que aquello es imposible y puedo abrazarlas y besarlas como cuando vivían para luego dejarlas como si nada hubiera pasado para entrar en un lugar oscuro que hace que mis ojos traten de abrirse sin lograrlo.
Ya no estoy con quienes quiero y monstruos increíbles me atacan, seres que jamás he visto, pero que los veo y temo como si fueran reales de los que trato de escapar, para luego darme cuenta de que aquello no es real y comienzo a caer en un abismo sin fin para despertar en mi lecho, asustada, temerosa y tan cansada como si de verdad lo hubiera vivido para luego volver a cerrar mis ojos y olvidándome de lo soñado, duermo el resto de la noche para al día siguiente despertar, muchas veces sin recordar la terrible noche que he pasado, aunque otras, aquellos sueños son tan vívidos que no quieren abandonarme, pero mi mente poco a poco los va olvidando, aunque algunos, se niegan a hacerlo y suelen acompañarme por el resto de mi vida y a la noche siguiente otros van a ser mis sueños, lindos, inolvidables o tal vez no, pero así es la vida, un laberinto sin salida que tengo que recorrer aunque no sepa jamás qué me espera al final y como en mis sueños, simplemente debo dejarme llevar.

Omenia
5/7/2025