Tengo una vaina y es que me pongo contenta cuando escucho el camión de mantecados pasando por la vecindad. Puedo estar haciendo lo que sea y vuelvo a mi o al mundo porque escucho las campanitas y tengo cinco años. Adentro me envivo y el tercer chakra como que lo siento. Me relajo. Me presencio. Me vuelvo e interrumpe lo que sea no importa si ando bregando con mamá, los sobris o aunque siga lo que estoy haciendo. Esa canción me produce como un respiro sin aliento.

La cosa es que jamás pasa por casa. Muy pocas veces pasa por casa y cuando pasa es de esas veces en que te estás por reventar la vida resbalando o vas tarde para apagar un incendio. Alguna precipitación física o moral que no puedes soltar y correr a la calle en panties.

Suaves tardes como hoy experimento. Ahora escribo sintiendo el viento que viene del mar acostada en la marquesina escuchando los pájaros en el patio.

Hace dos minutos replantaba una planta, escucho la melodía, me quito los guantes, desencuclillo, busco dinero, vengo, me siento y abro el app; ya voy por aquí escribiendo na’ más esperando.

En ocasiones escribo el poema más corto del mundo o intento la oración más larga aunque ya no se estile porque así me expreso en RR cuando hablo y jura’o que por más que me he preparado para el duelo el puto aparece sólo en sonidos e intermitentemente.

Zapatos puesto, bolsillo en mano y dinero en el bolsillo. Hasta abrí el candado.

El vecino de la casa de al frente al lao de casa vendió mantecado por mucho tiempo pero ya como diez años que no vende. Era cool escucharle llegar a la casa porque a veces dejaba prendía la canción hasta estacionarse y no me daban cravings. Pero algo de lagarto se me enciende a veces, quizá un punto del ciclo que dice: "droga" tal Pavlov ha escrito cuando a este otro cabrón lo percibo transitando. Eso y que hoy estoy chillin.

¿En qué clase de laberinto? A veces se escucha en la calle de atrás, otras en la avenida, o como en la marginal y a veces pienso que no vende mantecado sino trafica porque a lo lejos se ve un camión muuuuy super esketchy.





Conduciendo le he visto servirle en la calle a la gente, así que sé que sigue vendiendo mantecados entonces es algo como astronómico y dimensional porque una vez los probé y tenía de las barquillas buenas, vainilla más rica que chick FIL a y le pedí que lo llenara de grajeas porque me satisface al roce en la lengua y los colores contrastan todo bonito pero al cabrón no he vuelto a cogerlo pa’ comprarle. Es como los papás que dicen amar y el niño añora pero son negligentes. Me ha dado paso, me ha sonreído y me hace así con la mano amablemente conduciendo a su alrededor pero jamás ha vuelto a venderme. Me pregunto si saben gourmet así ya como me hago ilusión de que saben yo acá.

Hay algo'e juventud en la agudez de ese tinuninuninuninunana tinunananinani y no me jodas que ahora sí se escucha en la calle de atrás. Ya no vuelve. No pasó. Ya no pasará por casa y una dignidad me decide a no arrancar en la guagua e ir a asecharlo. Calculo por su ruta y esta evidencia que me daría tiempo. Si fuera haagen dazs sí, obligau, o de los guava crunch de La Loíza.

Se sigue escuchando, el puto ya dió la vuelta y va saliendo de la calle de atrás pero jamás voy a ir por lo incongruente de estacionarte para correr a mandar a parar un camión en movimiento por más que sea una de las grandes maravillas del mundo moderno dentro'e este calor caribeño.

Tengo hambre y ya a las siete menos diez es válido pensar en cenar. Lalala sigue a lo lejos sonando. Cierro esto y me voy a hacer y comer el sandwich de pollo más hijo puto que jamás has probado.



*RR es Realidad Real o Real Reality.

Posdata: 5 veces ya lo he escuchado. Lo quiero, señor de los mantecados.