Opus 1: Recuerdos selectivos
De los recuerdos que un día fueron de una vida vivida,
de esas emociones que el tiempo erosionador olvidó,
de los espacios de la memoria que lo guardaron todo,
la sabiduría, ignorancia, incredulidad y la intolerancia,
todos aquellos instantes que hoy se celebran festivos,
en esa amalgama de las emociones vestidas de gala,
en nuestra inconsciente particular memoria histórica,
la razón es esclava de una piedad que nos salvaguarda.
Pero...
Opus 2: Ahora lo sé:
Soy ahora tan solo la suma de todos aquellos tiempos,
resultado de cada una de aquellas experiencias vividas,
de cada uno de esos instantes retenidos en la memoria,
la lenta construcción de una personalidad fragmentada,
esa ilusión pasajera que yo creé con mis propias manos,
sabiendo que aquel presente un día tenía que terminar,
la vida pasajera nunca me cedió su asiento conductor,
yo era protagonista de mi propia ignorancia declarada.
Opus 3: Pero hubo un día:
Aquella memoria selectiva era la alternativa aceptable,
en la ida hacia adelante que creyó que no habría vuelta,
que el tiempo infinito, amigo, solo tenía una dirección,
aquel positivismo confiante que nunca miro hacia atrás,
engreído en la falacia consciente con su inútil premisa,
perdido en aquella ilusion pasajera llamada presente,
aprendiendo que el recuerdo un día sería una solución,
segura retaguardia ante el inexcusable paso del tiempo.
Opus 4: Servidumbre de la memoria
Se olvida o solo se conserva en aquel musicado baúl,
cuando la vida nos dice que el tiempo pasado fue mejor,
de aquella puerta que nunca se llega a cerrar del todo,
los recuerdos están siempre esperando su oportunidad,
en aquel instante en que la razón descuido su vigilancia,
cuando la vida es tan solo la más serena consecuencia,
la memoria latente que acude inconsciente a la llamada,
los espacios de la memoria son así nuestros salvavidas.
JIJCL, 6 de julio de 2025.
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