Al pie del monte un sueño
convertido en el sendero
dorado, entre el paisaje
tú estas, como dormido,
en la quietud de las piedras
Esperando entre la hiedra.
El sendero que
me lleva a tu encuentro
es perfecto,
la vegetación
bordea el bello lago,
y tú, estás ahí, sobre
La mañana templada, sobre la vida.
Sueñas tal vez, los sueños dulces
y quiero interferir en tú
halo de luz, que
Te adormece.
El tiempo se me escapa
el sol me quita al vuelo
El deseado momento.
Y te vas, no percibes
mi cuerpo,
ni mi alma, que disuelta
Está a tu lado.
Y saltas, tiras, te acomodas
sacas las últimas
gotas de rocío,
que quedaron prendidas, entre
Tu boca, y tus ojos.
Y te vas, sin reconocerme
sin ver, que soy ese pequeño grillo
que lastimo tu oído
sin querer, solo por ser especial
Esencia, etérea del lago.
A-M-R |