Olvidados
por algún
gran descuido
en los laberintos
de la Creación,
presurosos
un par de obreros
-hígado y fémur-
entraron a tiempo
para acomodarse
y hacerse un sitio
en mi naciente Cuerpo,
que ya cerraba
sus amplias puertas.
Texto agregado el 08-08-2025, y leído por 37
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