b>Poemas
Un libro completo puede caber en sólo una página del muro
Y si un libro completo puede caber en una página, tratemos de no ocupar los espacios del muro que requieren y necesitan todos los demás autores. Todos tenemos el mismo derecho equitativo de presentar nuestros textos en el muro de solo quince espacios.
Sin pretender exigir ni establecer reglas aquí dejo una muestra de lo que yo haría si se me antojara publicar más de un trabajo escrito. (Y de hecho aquí lo estoy haciendo)
Los días de la semana
Hay semanas que duran meses,
otras se van volando.
Algunas son caminos de barro,
aunque en otras caliente el sol.
Hay semanas llenas de juventud,
pero hay otras de pies cansados.
De repente comienza un lunes
cargado con cien planes e ideas,
que al final del día sólo son proyectos
sepultados por imprevistos.
Un viernes de buenos deseos
puede ser un sábado de esperanzas
que termina en domingo de soledad.
Hay martes proyectando viajes,
que el miércoles ya son boletos
que perdieron el avión.
Los jueves pueden ser de balance
¿Qué se hizo? ¿Qué falta por hacer?
Si lo pasado fue muy negro,
el color de lo que viene
es muy fácil de adivinar.
No es posible ser optimista
si cada semana que pasa
promete, promete, promete
llega el fin de mes y todo sigue igual.
Incluido en libro: Páginas al viento
©Derechos Reservados.
Brisa con sabor a caña y miel
Siento en mi cara una caricia, del norte, brisa tibia
que brota en la resaca que ha dejado un temporal.
Esa brisa trae sabores fuertes de Caribe, caña y miel,
mezclados con ensueño, aventura, candor y joven piel.
Veo el horizonte de montañas que insinúa un arco iris
pintado con rubor de tus mejillas y el color de tu país.
Estoy viendo con tus ojos la belleza de esa tierra,
donde el viento se viste con las plumas del quetzal
y la orquídea monja blanca reza y canta su plegaria,
enredada entre las ramas y las nieblas caprichosas.
Mientras la luna corre con temor de niña enamorada,
que jugando a la escondida con la ceiba altiva,
se sumerge creciente y rebosante en las aguas de Izabal
o menguante adormecida en el espejo azul del Atitlán.
Oigo un rito maya que emergiendo del fondo de los tiempos
se hace actual en los bosques de Chimaltenango y El Quiché.
Luego con tus oídos escucho el vibrar caliente de marimbas
que incitan a entallar tu cintura de América cimbreante
y recorrerte en un abrazo del levante hasta occidente.
Palpo en ti con mis manos ávidas, ajadas y resecas
la humedad aromática y caliente del centro continente
y mis labios liban de tu boca el sabor de fruta tropical.
Te veo, te oigo, te toco, te pienso como luna creciente,
te siento como mar impetuoso y volcán que quiere estallar
y luego soñando, recorro contigo: Guatemala, tu tierra natal.
Incluido en libro: Romances al viento
©Derechos Reservados.
Clases de literatura
Maestro, con palabras quiero expresar algo bello
y no sé cómo un verso crear.
Quiero decirle a alguien que lo amo,
por eso le pido que me enseñe a escribir un poema.
Empieza con una palabra,
escribe otra y tendrás una frase,
con un verbo dale acción o emoción.
¿Y viste que es fácil? ya has escrito un verso.
Escribe otro verso igual,
trata de unirlos y darles sentido,
además punto y coma, coma, punto y acento.
¿Te das cuenta? has logrado un poema crear.
Me doy cuenta maestro
que versos ya puedo escribir,
y también un poema lo puedo lograr.
Y ahora dígame usted ¿Cómo hacer poesía?
¡Aaaah! ¿Eso es, lo que quieres escribir?
¡Sí maestro! Eso quiero ansiosamente aprender hoy,
porque mi pluma y mis labios con insistencia me lo piden
Es largo de explicar, pero en pocas palabras te lo voy a enseñar.
A lo aprendido agrégale un poco de amor,
y sobre todo sentimiento y pasión
¡Gracias, gracias maestro! ¡Ya sé lo que es poesía!
Ahora con buena letra lo escribo y voz clara lo digo:
¡Maestro, de usted estoy locamente enamorada!
Incluido en libro: La Novia del viento
©Derechos Reservados.
Ella tiene
Al pasar ella esparce aromas de oriente
que dejan estelas en la extensión de la verde pradera,
en la estepa nevada y en la pampa arrasada.
Tiene mirada que rasga en invierno la noche oscura,
en verano acaricia la luna y es capaz de opacar sol.
Tiene la voz del arroyo que corre apacible,
de la brisa impaciente y del trueno en la tempestad.
Ella tiene manos de seda
acariciantes y tibias cuando entregan cariño,
francas estrechando amistad y firmes si hay que luchar.
Tiene piel suave, blanca e incitante de amante mujer,
que se torna dura para enfrentar el embate de la iniquidad.
Tiene el cuerpo frágil y hermoso de hembra candente
pero es gigante fiero, impetuoso, para defender su libertad.
Ella tiene el verbo preciso
que con suaves palabras lo musita al momento de amar.
Tiene el discurso que con fuerza y coraje dice: te amo
y también la franqueza elocuente para decir: ya no te quiero.
Camina en el sentido correcto y sabe conjugar la verdad.
Tiene la sensibilidad precisa para enfrentar la vida real
y sabe encontrar en sus tiempos los momentos para soñar.
Ella, ella ya no se acuerda de mí,
tiene en su mundo el hoy y el mañana, yo ya soy lo de ayer.
Quizás el recuerdo ajado de fotos y cartas añejas dobladas,
entre las hojas del libro de versos que dejó en el olvido.
Tiene una meta soñada que se siente obligada a alcanzar,
sin salir del camino trazado por el temor de perder.
Tiene muy claro que hacer, ella es madre, ella es mujer.
Incluido en libro: La novia del viento
©Derechos Reservados.
La copa vacía
Estoy escribiendo con grados de alcohol.
Al lado del teclado me anima mi copa de ron.
Con el licor poco a poco voy entrando en razón,
y ella me dice que es tiempo de olvidar escribir.
Quizás también es tiempo de empezar a morir.
Creo que mis tontas y simples palabras
las estoy escribiendo en el viento,
pues, se diluyen como polvo en el aire,
y nadie, nadie las quiere o alcanza a leer.
Es posible que no tengan la fuerza
para vencer la enorme distancia que separa
la pantalla de un par de ojos marrones
No puedo, aunque quiera, seguir escribiendo,
esta oscuro, no veo ni palpo el teclado,
busco la copa, para ahogar un sollozo,
pero está vacía, igual que la botella de ron.
Incluido en libro: La novia del viento
©Derechos Reservados.
El amor que yo te doy
El amor que yo te doy,
tiene la distancia de venir andando,
suma los caminos de mis pies cansados,
resta descuentos y esperanzas truncas,
se despoja de caricias que dejaron marcas
y con mirada limpia, sin mirar atrás, busca tu cariño.-
El amor que yo te doy,
es de adulto que parece niño,
es de poeta de palabras mínimas.
Pretende venir del espacio y de otros confines,
pero es bueno muy simple y sencillo
y tan solo pretende entregarte verdad
El amor que yo te doy,
tiene la presencia de mi cuerpo entero,
te entrega las caricias que han aprendido mis manos
y te trae besos guardados por tiempo para tus labios.
También trae el arrullo de palabras dulces
y un torrente de estrofas repletas de amor.
El amor que yo te doy,
puede ser el último que entregue mi corazón gastado,
quizás es el prólogo del final de mi novela
y puede ser el acto culmine de la comedia de mi vida,
que ha encontrado en el teatro de la historia
el final con la heroína que toda mi vida busqué para la trama.
Incluido en libro: Viento de Luna
©Derechos Reservados
El tiempo no dirá nada
No tengo la fuerza para desafiar a alguien,
tan solo tengo palabras que escribo y las digo.
No tengo las letras para retar a un poeta,
unas pocas palabras que torpes dicen: Te quiero.
No tengo los puños del hombre de acero,
sí, poseo dos manos gastadas que entregan caricias.
Mi baraja la juego como un tahúr de la vida,
pero entre sus cartas no llevo ninguna marcada.
Solo camino, a la suerte, buscando un destino.
Toco puertas que se abren y pronto se cierran,
escondiendo los ojos que quiero encontrar.
Cuando alguna de tantas permanece entreabierta
arrojo una carta por si alguien la quiere leer.
Después que la leen la puerta se vuelve a cerrar,
dejando un mensaje diciendo que el tiempo dirá.
Vida, no esperes que el tiempo hable.
El tiempo nunca dirá nada, es tan solo un testigo
mudo, ciego, insensible, sin reloj ni calendario.
Los sentimientos los dicta el alma,
el corazón sin pensarlo en dos por tres los redacta
y antes que salga el sol, al viento lo gritan los labios.
Por eso vida no digas: dejemos que el tiempo diga.
Pueden terminar los días y el tiempo no dirá nada.
Incluido en libro: Todos los vientos
©Derechos Reservados.
En cuarto creciente
Trato de escribir algo.
La ventana de Internet me mira de norte a sur.
De sur a norte a través de los vidrios la veo a ella,
que va displicente en cuarto creciente.
Es tarde, la medianoche hace rato se fue a dormir,
hace calor, mi torso desnudo se envuelve con brisa tibia
que entra por la ventana donde la veo a ella,
que indiferente sigue avanzando en cuarto creciente.
Veo que lentamente cambia de vidrio y corre buscando al sol.
La noche que empezó larga ya no lo es tanto y otra hora marca el reloj.
Las letras, que yo esperaba, aún no llegan,
los dedos tamborilean impacientes y el teclado espera.
¿Estarán detenidas en los semáforos que se quedaron en luces rojas?
¿Se habrán perdido por autopistas y avenidas de la ciudad?
¿Se enredaron en cabelleras de calles alegres y pecadoras?
¿O pasaron a algún bar a confabularse y trazar un plan,
para que escriba lo que ellas quieran y no lo que sienta yo?
No se dan cuenta que mientras la noche corre,
la luna impaciente crece e incitante se acerca al sol,
tampoco piensan que el nivel del vino baja en la copa,
y sorbo a sorbo va menguando mi reserva de inspiración.
Cuando lleguen, si es que llegan, estaré dormido
y mis palabras pensadas o las que ellas querían que yo escribiera
al irse la noche se perderán, cuando la luna excitada copule con el sol.
Incluido en libro: Simplemente el viento
©Derechos Reservados.
Distancias
Un continente, un océano, un desierto,
son distancias,
que un barco, un avión
y voluntad pueden acortar.
En cambio la distancia de un adiós,
parece imposible de vencer.
Una disputa o pelea entre hermanos,
es distancia.
Dos puntos de vista dispares y cerrados,
son distancia.
Una enfermedad incurable
y los esfuerzos de la medicina,
son distancias.
Todas son distancias que la voluntad
y el tiempo pueden vencer,
en cambio la distancia de un adiós
inexorablemente se va alargando,
hasta alcanzar el olvido.
Incluido en libro: Cuando las letras vuelan
©Derechos Reservados.
Eres
Tienes todo de unas y tienes nada de otras.
¡Pero tienes tanto!
Tienes mucho de esto y quizás poco de aquello.
¡Pero tienes todo!
Sin importar la hora, por ratos eres Luna y por ratos Sol
¡Y sin embrago eres el día entero!
Puedes ser sonrisa de primavera,
risa de verano,
lágrimas de otoño
y calor de invierno.
¡En pocas palabras eres el año entero!
¡Eres tanto y eres todo!
Eres mi amante compañera
y sin ser propiedad
¡Eres mi mujer!
Incluido en libro: Cuando las letras vuelan
©Derechos Reservados.
Antes que llegue el huracán
Antes que arribe el ciclón que me llevará a mi morada final,
con mis últimas alas, las que tú me diste, quiero volar por mi viento final.
Seguiré el camino que la alondra trazó, buscando un refugio escondido,
allá en tierras del norte, donde se cultiva el cereal y el olivo,
allá en el valle de espigas morenas que me alimentaron con el pan del amor.
Seguiré el viento que lleva el olor profundo de olivas,
envuelto en la fragancia que exuda tu piel, tu boca y tu sexo.
Y antes que el huracán destruya mis alas cansadas y marchitas,
antes que arrase con los nidos que abandonaron las cigüeñas
y antes que el frío transforme mis palabras en versos de estalactitas,
quiero llegar a tu puerta y dejarte mi último libro con versos para ti,
escrito, con ayuda del Cierzo, en los caminos vascos del norte de España.
Incluido en libro: El Cierzo indómito
©Derechos Reservados.
Lo que dice la poesía
Los poetas no escriben sólo por escribir,
porque salió el sol, porque llueve,
para ignorar si hace frío o calor,
para no olvidar el abecedario,
porque se les antoja o porque un amor se fue.
Escriben porque sienten
y en su interior luchan las palabras
con ansias de expresar.
Los poetas escriben con sentimiento
y sienten lo que escriben.
No escriben simplemente por gusto
aunque al lector le parezca que es así;
en sus letras está su vida, su camino,
su proyecto y sus vivencias;
está el hombre y la mujer,
está el poeta y la poetisa,
está el verso y está el verbo.
Resumiendo en dos o tres palabras:
Está la vida y está la poesía.
Por eso digo que el poeta escribe lo que siente
y siente lo que escribe.
Yo no soy poeta, soy sólo un aprendiz,
pero digo y escribo porque siento, lo que siento.
Incluido en libro: El Cierzo indómito
©Derechos Reservados.
Los siete pecados capitales (Mis siete pecados)
Sin dejar la soberbia de lado,
me visto con un traje de vanidad,
y mientras disfruto la pereza
me solazo en el no hacer nada.
Aún con un poco de la ira de ayer,
expresada en exabruptos,
me sumerjo en la lujuria
y disfruto lo que destila el placer.
Luego me invade sensación de gula,
que muy pronto el apetito llama a engullir,
y cuando el estómago está repleto
me va envolviendo la envidia
hacia aquellos que pueden comer más.
Mientras que la avaricia solapada
saca cuentas mezquinas
y suma para ganar, puesto que no sabe perder..
Después de dormir por largo rato
soñando con capitales e intereses,
pienso que soy sumamente acaudalado,
porque tengo todos los pecados capitales.
Incluido en libro: Simplemente el viento
©Derechos Reservados.
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