Como un poniente gran sol,
de locura desbordado,
y acaso en un ruego tierno,
alegre, deleito mi oído
en una ceguera luminosa
que trasciende todo milagro
cuando tu sombra yace,
fresca y levemente fragante,
en el descaro de mi almohada.
Texto agregado el 14-08-2025, y leído por 26
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