No pude tocar tus pequeñas
manos, que querían apretar
un dedo mío buscando
seguridad para tu vida.
No pude despedirte ese día
en el que me encontraba
en la ciudad que yo nací
y tu morías donde vivía.
No pude ver tu rostro angelical
con tus rizos dorados,
y esos ojos similares al cielo
donde ahora me lees.
Y ahora que lo pienso
después de tanto tiempo,
solo quiero que sepas
que sigo amando tu corta vida.
Texto agregado el 23-08-2025, y leído por 0
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
24-08-2025
El seguir amando, eso queda. Es lo importante. Cuánta pena y desahogo en tu poesía. Miriades
24-08-2025
Es triste ;pero esa tristeza,no le quita esa belleza que se refleja cuando hay amor.
Me gusto mucho...
Que linda descripción de ella!
Un fuerte abrazo
(5*)
Victoria 6236013
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