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Se lo vio aparecer en el Sagrado Salón del Viaje. El ambiente se heló de inmediato. Pilares blancos en el extendido entorno, todo decorado con una sutil floritura de oro, y en el suelo la alfombra verde, que pisaba el distinguido.

Medía poco más de tres metros. Casi un milenario. Su aura provocaba un miedo que te helaba los huesos. Vestimentas grises, una túnica con adornos apagados que sólo él entendía. Cabellera larga y blanca, al igual que su barba. La piel arrugada atenuaba un poco el "cansancio", comparada con su glacial, azul e infinita mirada.

Sus gestos eran fríos y extenuados, que rayaban en el hastío, como si después de tanto tiempo no quedara en él un ápice de sentimiento.

—Ya era hora, Sagrado Ejecutor, para su cuarto viaje —dijo Elevada Gracia, una mujer alta vestida como una sacerdotisa.

El Sagrado Ejecutor solo la miró.

“Cuantos”.

—Poco más de doscientos mil, mi señor.

El distinguido caminó lentamente, como un caminante a un trono y se sentó en el gigante escaño.

—Cierre los ojos… —dijo Elevada Gracia—. Cierre los ojos y… recuerde que usted se lo merece —terminó, alejándose del formalismo.

~

TIEMPO DESPUÉS…

~

“En este atardecer vuelve el Sagrado Ejecutor” se dijo Elevada Gracia.

Preparó el Sagrado Salón, y los fuegos azules de las antorchas, y dejó los ropajes blancos cerca del lugar de la venida.

Pronto clamó un tenue temblor que removió los cimientos de la estancia. Una poderosa luz se encendió en el centro del lugar.

—Soy Uno. Soy Uno. Soy Uno.

—¿Sagrado Ejecutor?

—He vuelto, Elevada Gracia, y quiero danzar y volar —dijo con su propia voz rejuvenecida. La brillante luz aun impedía verlo, pero parecía que movía los brazos.

Elevada Gracia sonrió.

—Veo que ha sido un buen viaje.

—Esta vez sí que eran propios, pero bueno ese es un chiste viejo.

La luz se fue equilibrando. La figura atlética, muy delgada, de cabellos blancos y tenue barbilla. Algunos tatuajes y unos gestos ligeramente amanerados.

—Gracia, casi no regreso.

—¿Que sucedió, Sagrado?

—Por un instante estuve a punto de creer que alguien no era yo.

Texto agregado el 15-09-2025, y leído por 0 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
15-09-2025 Me encantó tu cuento Saludos Victoria (5*) 6236013
 
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