TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / joeblisouto / Silencio y la Estrella Espejo

[C:623800]

Silencio y la Estrella Espejo


No puedo escucharme con música. Es como si distrajera una voz que llega en ondas desde lo más profundo de mi universo. Y cuando esa voz llega en silencio, lo enrolla todo. Es un dragón invisible que ocupa todo mi espacio y solo deja lugar para que pueda contar su historia.



¿Y qué dice?



Jamás se me había acercado tanto. Puedo ver la memoria pasar por mi mente como retratos de una película sin sentido: allí está mi madre, mi hermano, la mujer del kiosco, la madre de mi mejor amigo, que con ojos celestes me gritaba que mi presencia apestaba. Luego, como si una cortina se cerrara para cambiar el escenario, todo desaparece. Y solo queda blanco.



Una luz sobre mi escritorio se proyecta como en una pantalla. Veo a un hombre sentado que trata de escribir, pero está inmóvil. Observo su mente: está angustiado por el mundo injusto. No entiende que para él no hay injusticia; todo sucede de acuerdo a un plan en el que morirá en paz, dejando sus manos, su mente, su cuerpo, derretidos sobre el escritorio.



Solo la luz de la lámpara parece tomar movimiento. Lo mira y se le acerca como una serpiente de metal con ojos de luz. Lo toca. De pronto, la pantalla entera se enciende y todo se vuelve blanco.



Se encienden las luces del teatro del universo, y una estrella baja hasta mis sueños. Me canta sus canciones, me habla de sus viajes y del dolor de apagarse por un instante en la eternidad. Le pregunto si yo soy una estrella como ella. Me observa fijamente. Su luz es dorada y cálida. No tiene rostro; es como un espejo. Y en ella puedo verme: sonriente, con los ojos brillantes. Entonces comprendo: la estrella está en mi universo, y su brillo es como el mar de todas las luces.



Cierro los ojos. Los abro. Veo el libro de Krasznahorkai y leo una página. Es intenso; busca la angustia, el miedo y el dolor en las personas. No sé si goza de ello, pero lo veo gozar al escribirlo. O quizá, muy dentro de él, está llorando. Suspiro y miro mi reloj.



Ya es hora de volver al inicio. Las luces del sol me hacen sudar. Estoy respirando. Estoy feliz. Contento, como la señora que vi hoy en el baño de mujeres, cuyos ojos brillaban con una luz propia. Y en ellos vi su estrella, la que la hacía feliz.



Sí. Somos un universo.

Texto agregado el 09-10-2025, y leído por 46 visitantes. (1 voto)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]